Desde un punto de vista social, la Primavera de 2018 se presenta muy caliente.
Los movimientos feministas han aprovechado la fecha simbólica del 8 de Marzo para poner de manifiesto la situación en que se encuentra la mujer en los diversos ámbitos, laborales, familiares y sociales, incluyendo como punto clave, la violencia de genero que año tras año se sigue produciendo.
El impacto de la huelga de dos horas convocada por los sindicatos y las enormes manifestaciones que han recorrido las calles de muchas ciudades españolas, ha sido enorme, solo comparables en los últimos años con las del NO A LA GUERRA de Irak, y muy superior a la convocatoria en otros países. Las mujeres españolas, más del 50% de la población, han demostrado que han llegado a un limite que no están dispuestas a tolerar. Es imprescindible que los partidos políticos de izquierdas y los sindicatos de clase, cada uno en su ámbito, pongan manos a la obra y empiecen a elaborar alternativas, más allá que la mera descripción de los hechos, para empezar a salir de esta situación.
Mención aparte merece cambio necesario de actitud que sobre la corresponsabilidad en las tareas del hogar y en la atención a los menores, debemos tener los hombres. La inercia social es muy fuerte y los cambios son inevitablemente lentos pero es necesario hacer un esfuerzo importante de cambio de actitud que acelere estos cambios
El impacto de la huelga de dos horas convocada por los sindicatos y las enormes manifestaciones que han recorrido las calles de muchas ciudades españolas, ha sido enorme, solo comparables en los últimos años con las del NO A LA GUERRA de Irak, y muy superior a la convocatoria en otros países. Las mujeres españolas, más del 50% de la población, han demostrado que han llegado a un limite que no están dispuestas a tolerar. Es imprescindible que los partidos políticos de izquierdas y los sindicatos de clase, cada uno en su ámbito, pongan manos a la obra y empiecen a elaborar alternativas, más allá que la mera descripción de los hechos, para empezar a salir de esta situación.
Mención aparte merece cambio necesario de actitud que sobre la corresponsabilidad en las tareas del hogar y en la atención a los menores, debemos tener los hombres. La inercia social es muy fuerte y los cambios son inevitablemente lentos pero es necesario hacer un esfuerzo importante de cambio de actitud que acelere estos cambios
Los pensionistas por nuestra parte hemos empezado también una serie de protestas continuadas debida a la casi congelación de las pensiones 0,25%), por quinto año consecutivo.
Esta situación de congelación se ve agravada por las insultantes pensiones vitalicias que cobran muchos ejecutivos y banqueros y las lamentables declaraciones de relevantes personajes como el gobernador del Banco de España, que pretende que cedamos las viviendas, seguramente a fondos buitres, a cambio de una pensión vitalicia o las ideas de casquero del presidente de la CEOE, que acabará haciendo bueno al delincuente Díaz Ferrán, pretendiendo extender la edad de jubilación a los 75 años.
Ciertamente los pensionistas han resistido mejor la crisis a pesar de la congelación, debido a la baja inflación de los últimos años, pero la recuperación económica está empezando a tirar para arriba de la inflación y la desregulación laboral, que ha dado origen a una enorme precariedad del empleo, ha hecho que muchos pensionistas tengan que soportar no solo sus propios gastos sino también los de sus hijos y nietos en situación muy precaria. Las pensiones no pueden ser el único ingreso de muchas familias, su papel es proporcionar una vida digna a los pensionistas, no a toda su familia en sentido amplio.
No es extraño que sean los pensionistas y las mujeres, dos de los sectores más castigados por la crisis de los últimos años, los que han decidido salir a la calle a expresar sus protestas. Es seguro que otros sectores sigan por este camino y especialmente los trabajadores, que necesitan que se recupere los derechos perdidos en la contrarreforma laboral y se recupere el valor de la negociación colectiva.
Algún efecto se va viendo ya, policías nacionales y guardias civiles han alcanzado un acuerdo a tres años para recuperar en parte los ingresos perdido y los funcionarios están a punto de firmar un acuerdo similar, del 8% en tres años, al mismo tiempo que se ha incrementado la oferta de empleo público.
Algo se mueve como consecuencia de las movilizaciones pero es necesario seguir empujando para que el avance sea lo más profundo posible.
Algún efecto se va viendo ya, policías nacionales y guardias civiles han alcanzado un acuerdo a tres años para recuperar en parte los ingresos perdido y los funcionarios están a punto de firmar un acuerdo similar, del 8% en tres años, al mismo tiempo que se ha incrementado la oferta de empleo público.
Algo se mueve como consecuencia de las movilizaciones pero es necesario seguir empujando para que el avance sea lo más profundo posible.
Estoy básicamente de acuerdo, pero al mismo tiempo se están manifestando en estas movilizaciones tendencias antipolíticas y antisindicales que, de progresar, constituyen un grave peligro para el futuro de nuestra sociedad. Sin contar con proyectos alternativos consistentes y con organizaciones que los puedan llevar a cabo, todos estas reivindicaciones pueden quedar en cabreos folclóricos y estériles, para satisfacción de las fuerzas conservadoras. No sé si las nuevas opciones políticas, como Podemos, son conscientes de esta situación.
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