En el pleno municipal del Ayuntamiento de Majadahonda del 26 de enero, se aprobó una moción conjunta firmada por los cinco grupos de la oposición en la que se reprobaba la actuación del del PP que gobierna en minoría desde las últimas elecciones municipales.
Las últimas elecciones municipales conformaron en Majadahonda una corporación en la que, por primera vez en veinticinco años, el PP perdía la mayoría absoluta. El resultado electoral fue de 11 concejales para el PP y 14 para la oposición, repartida en cinco grupos. Esta composición permitía teóricamente formar un gobierno encabezado por Cs, opción mayoritaria de la oposición con 6 concejales, apoyado por los otros cuatro partidos. Se hicieron gestiones en este sentido antes de la formación de la corporación pero Cs no se atrevió, o no le dejaron, y volvió a salir el PP como lista más votada, el procedimiento que más le gusta a M. Rajoy.
Ciudadanos intentó al principio un semi-acuerdo con el PP y pacto participar como observador, con voz pero sin voto, en la comisión de gobierno. Pronto se dieron cuenta de que esa posición les hacía cómplices del gobierno sin permitirle ninguna influencia y abandonaron la comisión de gobierno. En los siete meses transcurridos, el PP ha seguido funcionando como si el Ayuntamiento siguiera siendo su propio cortijo, hasta que en diciembre presentó unos presupuestos, de forma precipitada y sin negociar con la oposición, que fueron rechazados. Este hecho, junto con la poca diligencia del gobierno en cumplir las mociones presentadas y aprobadas con los votos de la oposición, ha llevado a la presentación de la declaración actual que, en síntesis, muestra una tarjeta amarilla de aviso, que puede ser un preludio para la tarjeta roja de una moción de censura.
Majadahonda puede actuar como laboratorio político de lo que podría pasar en España si, finalmente, se constituyera un gobierno minoritario del PP, apoyado, o al menos consentido, por Cs y PSOE. El PP seguiría gobernando como hasta ahora admitiendo en todo caso algunos cambios legislativos. Por otro lado, dado que la investidura del presidente de gobierno puede hacerse por mayoría simple, pero la moción de censura necesita un candidato alternativo y mayoría absoluta (art. 113.1 de la Constitución), en un parlamento con la composición del actual, se necesitaría para aprobarla el apoyo simultaneo de PSOE, Cs y Podemos o de PSOE, Podemos y los nacionalistas catalanes, con lo que, teniendo en cuenta las dificultades de un acuerdo de estas características, el próximo presidente del gobierno estará prácticamente blindado.
Tras la renuncia de M. Rajoy a aceptar la propuesta de presentarse a la investidura y el descubrimiento de una nueva trama de corrupción del PP en Valencia, las posibilidades de M. Rajoy de aceptar una segunda propuesta, son muy escasas por lo que llega la oportunidad de Pedro Sánchez que necesitará el apoyo, activo de uno y pasivo del otro, de Podemos y Cs. Las dificultades que tienen cualquiera de estas dos opciones están siendo debatidas de forma insistente por todos los medios de comunicación, por lo que son suficientemente conocidas.
Esperemos que finalmente sea posible tener un gobierno progresista, presidido por Pedro Sánchez que permita que España pueda salir de la lamentable situación en que le ha dejado el último gobierno del PP.
ENCUESTA
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He incluido una pequeña encuesta en el margen derecho, con objeto de pulsar vuestra opinión sobre la formación del nuevo gobierno.
Además de los pactos posibles, he añadido la opción de gobierno técnico, que empieza a ser considerada en algunos ámbitos.
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Las últimas elecciones municipales conformaron en Majadahonda una corporación en la que, por primera vez en veinticinco años, el PP perdía la mayoría absoluta. El resultado electoral fue de 11 concejales para el PP y 14 para la oposición, repartida en cinco grupos. Esta composición permitía teóricamente formar un gobierno encabezado por Cs, opción mayoritaria de la oposición con 6 concejales, apoyado por los otros cuatro partidos. Se hicieron gestiones en este sentido antes de la formación de la corporación pero Cs no se atrevió, o no le dejaron, y volvió a salir el PP como lista más votada, el procedimiento que más le gusta a M. Rajoy.
Ciudadanos intentó al principio un semi-acuerdo con el PP y pacto participar como observador, con voz pero sin voto, en la comisión de gobierno. Pronto se dieron cuenta de que esa posición les hacía cómplices del gobierno sin permitirle ninguna influencia y abandonaron la comisión de gobierno. En los siete meses transcurridos, el PP ha seguido funcionando como si el Ayuntamiento siguiera siendo su propio cortijo, hasta que en diciembre presentó unos presupuestos, de forma precipitada y sin negociar con la oposición, que fueron rechazados. Este hecho, junto con la poca diligencia del gobierno en cumplir las mociones presentadas y aprobadas con los votos de la oposición, ha llevado a la presentación de la declaración actual que, en síntesis, muestra una tarjeta amarilla de aviso, que puede ser un preludio para la tarjeta roja de una moción de censura.
Majadahonda puede actuar como laboratorio político de lo que podría pasar en España si, finalmente, se constituyera un gobierno minoritario del PP, apoyado, o al menos consentido, por Cs y PSOE. El PP seguiría gobernando como hasta ahora admitiendo en todo caso algunos cambios legislativos. Por otro lado, dado que la investidura del presidente de gobierno puede hacerse por mayoría simple, pero la moción de censura necesita un candidato alternativo y mayoría absoluta (art. 113.1 de la Constitución), en un parlamento con la composición del actual, se necesitaría para aprobarla el apoyo simultaneo de PSOE, Cs y Podemos o de PSOE, Podemos y los nacionalistas catalanes, con lo que, teniendo en cuenta las dificultades de un acuerdo de estas características, el próximo presidente del gobierno estará prácticamente blindado.
Tras la renuncia de M. Rajoy a aceptar la propuesta de presentarse a la investidura y el descubrimiento de una nueva trama de corrupción del PP en Valencia, las posibilidades de M. Rajoy de aceptar una segunda propuesta, son muy escasas por lo que llega la oportunidad de Pedro Sánchez que necesitará el apoyo, activo de uno y pasivo del otro, de Podemos y Cs. Las dificultades que tienen cualquiera de estas dos opciones están siendo debatidas de forma insistente por todos los medios de comunicación, por lo que son suficientemente conocidas.
Esperemos que finalmente sea posible tener un gobierno progresista, presidido por Pedro Sánchez que permita que España pueda salir de la lamentable situación en que le ha dejado el último gobierno del PP.
ENCUESTA
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He incluido una pequeña encuesta en el margen derecho, con objeto de pulsar vuestra opinión sobre la formación del nuevo gobierno.
Además de los pactos posibles, he añadido la opción de gobierno técnico, que empieza a ser considerada en algunos ámbitos.
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