El pasado 13 de enero se votó, apurando al máximo los límites legales, la investidura del nuevo presidente de la Generalitat. Después de una larga y compleja negociación que acabó de forma sorprendente con un acuerdo muy especial entre JxS y la CUP, el escenario catalán vuelve a situarse donde estaba el 27 de septiembre, en manos de un gobierno nacionalista que se propone, al menos nominalmente, la desconexión con España.
El complicado desarrollo de todo el proceso de investidura tiene como resultado un gobierno mucho más débil que el que podría suponerse hace unos meses. El desgaste sufrido tanto por Convergencia, que ha tenido que ofrecer la cabeza de su presidente y proponer un nuevo dirigente hasta ahora desconocido, como por la CUP, que ha firmado un acuerdo que le ata de pies y manos para hacer política, son las causas de esta debilidad. Por encima de cualquier consideración ideológica, para la CUP, la desaparición de Artur Mas y la continuación del proceso de independencia, parecen justificar cualquier acuerdo.
Si, como el nuevo president ha indicado, se empiezan a desarrollar los acuerdos del 16 de noviembre que fueron anulados por el Tribunal Constitucional, el gobierno de España, sea el actual en funciones o el que se nombre finalmente, no tendrá más remedio que aplicar la Ley y suspender los nuevos acuerdos que puedan adoptarse.
En consecuencia, corresponde a Carles Puigdemont, nuevo presidente catalán, dar el siguiente paso para seguir tensando la cuerda, tomando inmediatamente decisiones que serán suspendidas o, por el contrario, aplicar la prudencia e intentar dialogar con el nuevo gobierno de España antes de continuar con el proceso de "pre-independencia".
Tanto con decisiones suspendidas por el TC como sin ellas, el dialogo político entre Catalunya y España es imprescindible.
El dialogo con Catalunya es una razón más para que Pedro Sánchez sea elegido presidente del gobierno pues el PP de Mariano Rajoy ha demostrado durante estos cuatro años su incapacidad para dialogar con la Generalitat.
El contenido del debate de investidura de C. Puigdemont permite sacar algunas conclusiones de interés sobre el desarrollo del llamado process, en relación a las posiciones que han adoptado cada uno de los grupos políticos representados en el parlament.
En primer lugar tenemos la posición de JxS, que incluye a CDC y Esquerra, de apoyo incondicional, aunque hay que hacer notar que Esquerra Republicana no intervino en el debate, podría haber compartido la intervención de JxS pero prefirió mantenerse en un discreto segundo plano.
En cuanto a la CUP se limitó a dar el apoyo mínimo indispensable, ocho votos y dos abstenciones, y aprovechó su intervención para matizar su interpretación del acuerdo con JxS en el sentido de que no es tan incondicional como parece y podría romperse si JxS no cumple sus compromisos.
Entre los partidos contrarios al acuerdo están, en primer lugar, las posiciones de la derecha, PP y Cs, totalmente opuestas a él sin ningún tipo de concesión, incluso con amenazas en el caso del PP, a cuyo representante le gusta ser el más duro al "oeste del Pecos".
La posición de la izquierda, también contraria de forma contundente al proces de desconexión, fue mucho más matizada. El PSC ofreció dialogo, negociación y posible apoyo en los temas sociales del acuerdo y volvió a ofrecer la posición socialista de cambiar la constitución en un sentido federal que permita el encaje cómodo de Catalunya en España. Catalunya Si que es Pot (CSqP), por su parte, también votó en contra de la investidura y mantuvo su posición favorable a un referéndum, pero matizando que se refieren a un referéndum legal, que requiere cambio constitucional, y reflexionando sobre el largo tiempo que ha tenido que esperar Escocia para hacer su referéndum. Esta posición indica que admiten que el proceso de convocatoria de este supuesto referéndum, solo puede plantearse de forma legal y a largo plazo.
Las posiciones mantenidas en el Parlament pueden dar una pista sobre lo que puede pasar en el debate de investidura para presidente del gobierno de España.
Vuelve a ponerse de manifiesto las escasas posibilidades que tiene M. Rajoy para renovar como presidente del gobierno al tiempo que se disuelven los obstáculos para que Podemos apoye la candidatura de P. Sánchez. Si CSqP, que incluye a Podemos, IC y el grupo de Ada Colau, matiza y aplaza el supuesto referéndum, de la forma que lo hizo Lluis Rabell en el parlament, el obstáculo del referéndum queda muy debilitado.
Otra cosa sería que el comportamiento errático y soberbio de Podemos y su líder máximo P. Iglesias, impida el acuerdo por razones tácticas, si considera que le convienen unas nuevas elecciones o se rebota por temas menores como el que ha tenido en el tema de la composición de las mesas del parlamento, en el que ha lanzado un discurso incendiario contra el PSOE porque no le ha salido su inadmisible intento de chantaje institucional, que tenía la intención de jugar con ventaja y disponer de cuatro grupos parlamentarios. Debe ser a esto a lo que llaman nueva política.
Esta forma de negociar la composición de las mesas parlamentarias revela un exceso de soberbia e inmadurez que hay que esperar que se les cure con el tiempo.
Vuelve a ponerse de manifiesto las escasas posibilidades que tiene M. Rajoy para renovar como presidente del gobierno al tiempo que se disuelven los obstáculos para que Podemos apoye la candidatura de P. Sánchez. Si CSqP, que incluye a Podemos, IC y el grupo de Ada Colau, matiza y aplaza el supuesto referéndum, de la forma que lo hizo Lluis Rabell en el parlament, el obstáculo del referéndum queda muy debilitado.
Otra cosa sería que el comportamiento errático y soberbio de Podemos y su líder máximo P. Iglesias, impida el acuerdo por razones tácticas, si considera que le convienen unas nuevas elecciones o se rebota por temas menores como el que ha tenido en el tema de la composición de las mesas del parlamento, en el que ha lanzado un discurso incendiario contra el PSOE porque no le ha salido su inadmisible intento de chantaje institucional, que tenía la intención de jugar con ventaja y disponer de cuatro grupos parlamentarios. Debe ser a esto a lo que llaman nueva política.
Esta forma de negociar la composición de las mesas parlamentarias revela un exceso de soberbia e inmadurez que hay que esperar que se les cure con el tiempo.
Todavía no sabemos en que liga se va a posicionar el Barça, creo que aquí va a estar el verdadero problema para los independentistas, si le ponen con el Palamós, el Girona, el Lerida, el Nastic..., el Andorra, no creo que sean tan imbéciles que un club como el Barça pierda todo el prestigio ganado jugando en categorías inferiores.La pela es la pela
ResponderEliminarCon Cataluña hay que mantener la calma, la sensatez y la paciencia. Intentar no tensionar las situaciones. Mucho mejor Pedro Sánchez para eso que Rajoy.
ResponderEliminarExplicarles que a corto plazo la independencia es imposible. El referendum, de efectuarse, sería a largo plazo. Procurar que la Unión europea nos ayude en ese sentido.
Tenderles la mano en todo momento en los temas económicos y sociales que, en medio de esta crisis que estamos viviendo, son muy difíciles de gestionar.
Si hay tranquilidad por ambas partes, lo que es muy deseable, el tiempo juega a favor de tod@s nosotros. Que mucho tendríamos que cuidarnos para conocer el largo plazo.