La estrategia general del PP es descalificar con cualquier pretexto cualquier iniciativa del gobierno o recurrirlo ante el tribunal supremo al que lleva tres años bloqueando su renovación.
Después de la victoria de I.D. Ayuso en la Comunidad de Madrid, el PP le ha cogido gusto al procedimiento de romper sus propias alianzas y anticipar elecciones y pretende repetirlo en otras Comunidades autónomas, ahora en Castilla León y, si sale bien, en Andalucía.
El origen de esta estrategia hay que buscarla en la fallida moción de censura de Murcia, presentada por Cs y PSOE en Marzo de 2021, en la que las contradicciones de Ciudadanos y las malas artes del S.G. del PP consiguieron mantener un gobierno de parches formado por PP y tránsfugas de diversos colores (VOX y Cs). Un segundo intento de moción de censura, un tanto precipitado, en Castilla y León también fracasó por la lealtad, un tanto ingenua, de Cs al PP.
El primer escalón de este movimiento fue la repetición de las elecciones en Madrid, en las que Diaz Ayuso consiguió eliminar a Ciudadanos y dejar al PSOE en situación precaria. Aunque la contundente victoria del PP en Madrid sigue sorprendiendo, no parece probable que las circunstancias que se dieron en ella sean facilmente replicables y eso garantice la victoria en otros sitios, por otro lado la posición de ventaja que le otorgan las encuestas de la "señorita Pepis" hechas con muy poco rigor por sus medios afines tampoco ofrecen una garantía sólida.
El PP comenzó su campaña en estas elecciones con una defensa a ultranza de las macro granjas que confundió intencionadamente como apoyo al sector ganadero. Esta posición que pretende culpabilizar al gobierno de un supuesto abandono de la ganadería puede volvérsele en contra porque las macro granjas tampoco son muy bien vistas en muchas zonas rurales por los riesgos y las molestia que conllevan.
No obstante sería una simplificación reducir toda la campaña al sector ganadero y a las diatribas tradicionales del PP contra el gobierno, pues existe un nuevo factor que seguramente tenga gran importancia en estas elecciones: Las reivindicaciones de la España vaciada.
La pérdida de población continua en la España interior afecta de forma importante a las 9 provincias castellano leonesas, que desde el año 2.000 han perdido 221.000 habitantes, el 9% de su población, mientras que en el mismo período la población española se ha incrementado en un 17%, y ello redunda en la pérdida de todo tipo de servicios tanto de gestión pública: sanidad educación, vías de transporte por carretera y ferrocarril, como de gestión privada: telecomunicaciones, servicios financieros o farmacias. Esta situación y el ejemplo histórico de los nacionalismos catalán y vasco o el mas reciente de partidos de Valencia, Cantabria, Galicia o Teruel, ha permitido el convencimiento de que es necesario y eficaz una actuación política directa pues, de otro modo, los grandes partidos nacionales relegan las necesidades de estos territorios a un nivel bajo de prioridad.
El programa de la España Vaciada se resume en un conjunto de reivindicaciones que pretenden dotar a la población de la España interior, junto con una apoyo a su desarrollo económico, industrial y y tecnológico con un nivel de servicios similar al que tenemos los ciudadanos del resto del país. Estas reivindicaciones, presentadas en el parlamento por el diputado de Teruel existe T. Guitarte se resumen en el llamado Plan 100 30 30, que, en resumen, consiste en que todo el territorio español debe tener 100 Mbytes simétricos de banda ancha, 30 Km. de distancia a una vía de comunicación principal y 30 minutos para acceder a los servicios básicos.
La Comunidad de Castilla y León ha estado gobernada desde 1987 (presidente J. Mª Aznar) por el P.P. y durante estos 34 años no ha hecho mas que perder población por lo que el P.P. no parece el partido más indicado para gestionar la recuperación que necesita este territorio, la opción mas efectiva sería una alianza del PSOE con las distintas plataformas provinciales que bajo la denominación común España Vaciada se presentan a estas elecciones.
El PSOE tiene que ser sensible a las reivindicaciones de estos colectivos, formar una alianza con ellos y utilizar su posición en el gobierno de la nación y la coyuntura favorable del Plan de Recuperación de País con una utilización eficaz de los fondos europeos, para impulsar su desarrollo industrial, económico y de servicios a todos los niveles.
Las elecciones en C y L no pueden ni deben ser un escalón mas en la carrera de Pablo Casado, deben ser la gran oportunidad para que despegue el desarrollo regional