Aunque las Cortes de Cádiz abolieron la inquisición en 1813, su espíritu y sus métodos siguen hoy vigentes, aunque ya no estén orientados a perseguir la herejía sino a otros fines menos piadosos.
La moderna inquisición 2.0 no está ligada a instituciones religiosas sino que está formada por una serie de "agresivos" periodistas, que viven de la publicación de escándalos, más o menos ciertos o directamente inventados, basados muchas veces en sacar de contexto situaciones normales exagerando sus rasgos mas reprobables.
El objetivo explicito de estos justicieros es conseguir un comportamiento puro, sin mácula alguna de los responsables públicos y para ello, valiéndose de todo tipo de medios, se erigen en tribunal inquisitorial para opinar de lo divino y de lo humano sobre todo tipo de temas aunque de muchos de ellos sus conocimientos sean mínimos o incluso totalmente erróneos.
Detrás de estos justicieros están siempre intereses políticos o económicos que se apresuran a rentabilizar los juicios sumarísimos a los que son sometidos los acusados.
Como en todo proceso inquisitorial los acusados tienen que demostrar su inocencia pues la culpabilidad se da por descontada y, para obligarlos, se les somete a un continuo escarnio público al que colaboran alegremente cadenas de TV y de radio y la prensa sensacionalista o directamente amarilla que, lamentablemente, cada día está más extendida.
Estas consideraciones vienen a cuento porque el asedio feroz a que está siendo sometido el gobierno socialista, tiene unas características inquisitoriales de un nivel impensable hace pocos meses.
X.Arzallus dijo en una reunión con HB, en 1990
".... unos sacuden el árbol, pero sin romperlo para que caigan las nueces, y otros las recogen para repartirlas"
Aunque esta referencia estaba dicha en un contexto nacionalista, puede aplicarse en este caso
Los periodistas sensacionalistas, apoyándose en fuentes poco claras, mueven el árbol de las posibles irregularidades y las derechas, Ciudadanos y Populares, se apresuran a rasgarse las vestiduras y salir corriendo al parlamento para ver quien es el primero en pedir comparecencias.
Cuatro ministros y el presidente han sido sometidos a este inquisitorial tribunal que ya se ha cobrado dos piezas.
El primero fue el ministro de cultura, Maxim Huertas, que dimitió a los pocos días de ser nombrado, después de que el digital "El Confidencial" publicará un sentencia del TSJ de Madrid desestimando su recurso a la decisión de la Agencia tributaria sobre su declaración de la renta de 2006-2008 en la que le reclamaban 218.000 €. La sentencia no implica delito y el mero hecho de que el ex-ministro la recurriera hasta el TSJM indica que estaba convencido de haber obrado correctamente.
No obstante se vio obligado a dimitir para demostrar que el nuevo gobierno tenía otros comportamientos.
Un vez cobrada esta primera pieza, la nueva inquisición fue a por la segunda, la ministra de sanidad sobre la detección de irregularidades en su Tesis Fin de Máster que se publicó y contenía un porcentaje de coincidencias cercano al 50% con textos procedentes de internet. Esa información, obtenida de forma irregular, fue publicada por el diario.es que fue quien destapó toda la trama del Instituto de Derecho Público de la URJC, provocó la caída de la ministra Montón.
La tercera victima es la ministra de Justicia de la que la prensa mas reaccionaria, Moncloa.com, un digital propiedad de algunos socios del ex comisario Villerejo, publica unas supuestas grabaciones de este personaje, ahora en prisión preventiva, realizadas en un comida a la que asistió la entonces fiscal y ahora ministra de justicia. Las conversaciones grabadas en un contexto privado, tienen un contenido inapropiado, y más si se las saca de contexto. Son grabaciones de hace nueve años, que pueden estar manipuladas y que no tienen ningun tipo de garantía pero la nueva inquisición las está aireando para demostrar las amistades peligrosas de la ministra Delgado.
La cuarta y última victima es Pedro Duque, Ministro de Ciencia y Universidades, al que un medio tan "fiable" como OK Diario dirigido por el inquisidor profesional Eduardo Inda, ha acusado tener una sociedad patrimonial para gestionar sus dos inmuebles. Fuentes de hacienda han informado que esas sociedades son totalmente legales si no se utilizan para facturar servicios personales y el ministro ha dejado claro que no ha facturado nada. Los inquisidores han comprobado que eso es cierto pero siguen buscándole las vueltas a ver si encuentran algo oscuro.
El presidente del gobierno también ha sido objeto de acusaciones de plagio aunque ha sido imposible demostrar nada después de que ha hecho pública su tesis doctoral.
Nos encontramos ante un ataque feroz y coordinado de las dos derechas, que colaboran en manada para atacar al gobierno aunque, por otro lado, se disputan el papel de lobo alfa de la manada derechista.
De los cinco ataque lanzados se han cobrado dos piezas aunque solo en el caso del máster de la ministra de sanidad puede haber razones reales, aunque mucho menos graves que las trampas de Cristina Cifuentes o el NO máster de Pablo Casado que se esta escapando por componendas legales de magistrados y fiscales.
¿Quien será el próximo ministro al que la inquisición 2.0 ponga en la picota? Seguro que los agresivos reporteros están mirando con lupa a todo el gobierno, hasta encontrar, o inventarse, alguna irregularidad.