Una vez resueltos, con mucho más ruido del necesario, los asuntos organizativos relativos a la constitución de las cámaras parlamentarias, llega el momento de interpretar el mensaje que los ciudadanos han mandado como consecuencia de las elecciones del 20D y formar el gobierno que se desprende de este mensaje.
Si en otras ocasiones el mensaje del electorado era muy claro; en 2004, tras la guerra de Irak y el atentado del 11M, el mensaje fue de apoyo a un gobierno socialista, mientras que en 2011, los errores de Zapatero en la forma de afrontar la crisis de 2010 tuvieron como consecuencia un mensaje favorable al PP; en esta ocasión el electorado ha lanzado un mensaje dividido por lo que cualquier interpretación es a la vez válida y parcial, pues es casi imposible representar a la mayoría del electorado y habrá que conformarse con un gobierno que represente solo a una minoría significativa de los electores mientras una segunda minoría se limitaría a un apoyo pasivo, mediante la abstención en la investidura del nuevo presidente del gobierno.
Las previsiones anteriores a la ronda de contactos con El Rey, daban tres posibles escenarios:
- Gobierno del PP con la abstención del PSOE y Cs.
- Gobierno del PSOE con el apoyo de Podemos y la abstención de Cs.
- Gobierno del PSOE con el apoyo de Cs y la abstención de Podemos.
Un gobierno socialista apoyado simultáneamente por Cs y Podemos parecía imposible y la cuarta opción, gobierno socialista apoyado por Podemos, IU y algunos partidos nacionalistas, con PP y Cs en la oposición, da una posible mayoría muy justa e inestable.
La primera opción ha tropezado con la firme voluntad de los socialistas de no apoyar de forma activa ni pasiva al PP. La segunda se enfrentaba en las reticencias de Cs a apoyar un gobierno que fuera apoyado por Podemos y en su negativa a apoyar con un voto positivo al PSOE. Podemos seguía en campaña electoral y, aunque iba matizando sus lineas rojas, lo hacía manteniendo un lenguaje agresivo hacia el PSOE que no facilita ninguna acuerdo. La tercera opción ha sido, hasta ahora, solo teórica, pues Cs nunca ha admitido que podría dar un voto afirmativo al PSOE.
Pedro Sanchez por su parte ha controlado bien los tiempos mientras que sus feudales barones siguen sin entender que su papel es estar calladitos y no entorpecer el proceso.
La primera ronda de conversaciones con el Rey ha devuelto el espectaculo a las negociaciones propiciado por el escenógrafo habitual, Pablo Iglesias, que no pierde ocasión de dar la nota, sin que parezca ser consciente de que el numerito que montó con los grupos parlamentarios, se ha cerrado sin ningún resultado positivo para él y con la ruptura de una de sus confluencias.
Después de su entrevista con el Rey, montó una rueda de prensa acompañado de algunos colaboradores, y emprendió una espectacular huida hacia adelante, proponiendo no un apoyo de investidura sino uno de legislatura en el que él sería vicepresidente y sus acompañantes miembros del gobierno con carteras ya asignadas, incluyendo una nueva de plurinacionalidades, todo esto acompañado de descalificaciones a Pedro Sanchez y al PSOE. Una vez más prima la política espectaculo, frente a la de plantear una negociación abierta y sincera. El mismo hecho de plantear su posición primero al Rey y luego a la prensa, revela una falta de maneras democráticas inconcebible, por no hablar de como se apunta al puesto de vicepresidente quien decía hace pocos días que ellos no hablaban de sillones. Puede que propongan sentar al vicepresidente en una banqueta.
Al inesperado órdago a la grande de P. Iglesias Pedro Sánchez le respondió, con tranquilidad, que el lleva pares y juego y le convocó para hablar del asunto, empezando por las políticas sociales que es urgente empezar a aplicar.
El tercer jugador de la partida, M. Rajoy, lanzó otro órdago, esta vez a la chica, renunciando a presentarse a la investidura inmediatamente, pero reservándose el derecho a hacerlo más tarde. Probablemente pretendía que el Rey le encargase la investidura a Pedro Sanchez y que empezara a correr el tiempo.
Pero el Rey también juega y no cayó en la trampa, así que se dio mus y comunicó al presidente del parlamento que iniciaría una nueva ronda de contactos. Buena jugada de Felipe VI.
Empieza ahora la siguiente mano de la partida, en ella que se verá, en primer lugar, cuanto hay de farol y cuanto de deseo de pacto, en la oferta de Pablo Iglesias, que tal y como se ha planteado, es totalmente inaceptable para el PSOE y aleja la posibilidad de que Cs se abstenga.
Pablo Iglesias puede volver a cometer el error de soberbia que supone no tener en cuenta que hay otros actores como Cs que intervino, por ejemplo, en la constitución de la mesa y contribuyo a desmontar el intento de chantaje político de P. Iglesias.
¿Que pasaría si Cs ofreciese apoyar al PSOE si renuncia a una coalición con Podemos? ¿Votaría en contra Podemos, junto con el PP, de una acuerdo de esas características?
Y si el PP, como sugería el Pais, que no se resigna a no intervenir, ayer mismo, renuncia a M. Rajoy y presenta otro candidato ¿Que haría Cs? y ¿Que harían los indómitos barones socialista en esta circunstancia?
Queda mucha partida todavía y lo sensato es jugar piedra a piedra, no a base de órdagos.
Que hostias, Alfonso, al puto Rajoy el rey le tenía que haber mandado a tomar por el culo, y no llamarle nunca más después de declinar la presentación, este tío es un corrupto y no merece ya ser presidente de gobierno , que se vaya y deje a la pequeña Soraya o a alguien del pp que no esté manchado de mierda. a ver si Sanchez llega a un acuerdo con ciudadanos, nunca con el listillo del coleta, tiene mucha cara el tío este.es un peligro para el psoe, siendo vicepresidente como él anunció a Pedro lo tendría encima de la chepa todo el día al fin el que gobernaría sería él.
ResponderEliminarA mí me gusta Portugal, la Lisboa antigua y señorial a donde íbamos en peregrinación en 1974.
ResponderEliminarAllí ha funcionado un pacto de Izquierdas.
La suma de PSOE, Podemos, IU, PNV es más que PP+C´s.
Una vez que Pedro Sánchez sea investido una moción de censura es muy difícil.
Creo que hay que intentar un Gobierno de Izquierdas. Es mejor eso que unas elecciones anticipadas. Si, al final,Podemos da la empastada, entonces (a lo Borgen) pensaríamos en un Gobierno con Albert Rivera de Presidente.
Izquierda Unida nos pedimos Sanidad, Educación, Vivienda o Servicios Sociales, que es lo que nos gusta. El Ministerio de Defensa no es lo nuestro.