El desinterés por la investigación y los
investigadores, la reducción de los presupuestos de I+D+i, la supresión de
becas y algunas otras restricciones económicas relacionadas con la crisis pero
no solo con ella, están poniendo otra vez en primera línea la conocida
sentencia de Unamuno: “Que inventen ellos”, luego
profusamente utilizada, fuera de su contexto original, durante la dictadura
franquista para justificar nuestras incapacidades como país.
Decía recientemente Felipe González "La generación mejor preparada de la historia
no tiene empleo ni perspectivas de futuro" y continuamente van
poniéndose de manifiesto situaciones reales que ilustran esta afirmación, más
allá de los datos estadísticos.
Hace pocos meses, la revista Madrid
Sindical, de CC.OO. publicaba bajo el titulo "científica exiliada" una entrevista con
la doctora en bioquímica Sandra Pelegrín en la que dice "Fue la mejor de
su clase, premio de fin de carrera, becaria de investigación en la Universidad
Autónoma de Madrid, investigadora contratada en el Instituto de Neurociencia de
Alicante, madre y finalmente ¡teleoperadora!
Conozco bien el caso de Sandra pues es una
de los miembros brillantes de mi familia y se de los esfuerzos que ha hecho por
poder desarrollar su profesión aunque al final ha tenido que optar por un
puesto de trabajo que la permita ganar un salario todos los meses, aunque sea
fuera de España y de teleoperadora ilustrada.
Pero, lamentablemente, el
caso de Sandra no es único. Hace un año y medio saltó a los medios el Proyecto Paula,
iniciativa impulsada por Cristina Ponce, madre de Paula, para financiar el
trabajo que estaba realizando la Dra. Silvia Sanz para combatir la enfermedad
que padece su hija: "diabetes Mellitus I".
La Doctora Silvia Sanz fue una de las
investigadoras despedidas el ERE del Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF)
aprobado en Noviembre de 2011, que afecto a 114 investigadores y suprimió doce de la dieciséis líneas de investigación,
prácticamente el 50% del personal y de la actividad del Centro. La causa de
esta crisis la supresión del 70% de la subvención del gobierno de Valencia Debían
necesitar el dinero para temas de mayor importancia como el aeropuerto
sin aviones de Castellón.
En estos días recibimos la importante
noticia de la obtención mediante clonación de células madre humanas. Este
importante logro, que puede permitir la regeneración de tejidos compatibles que
pueden ser muy eficaces en el tratamiento de muchas enfermedades, ha sido
alcanzado por un equipo investigador de la OHSU, Universidad de Oregón. Uno de
los miembros del equipo que ha conseguido este importante avance, es la Dra. Nuria Martin, despedida en el mismo ERE
que la Dra. Sanz. Parece que el CIPF y el gobierno de Valencia tienen una enorme
puntería para despedir científicos.
No solo es la investigación médica la que
se ve afectada por los recortes, también lo están otras especialidades. El
mismo día que la Sociedad Europea de Física otorgó a Diego Martínez Santos el
premio al mejor físico joven de Europa, vio que su solicitud para
obtener una beca del programa Ramón y Cajal, supuestamente orientada a traer de
vuelta a España a los mejores talentos científicos en el extranjero, era
rechazada por: ¡No estar su currículum a la altura!
El premio reconoce su participación en el
experimento LHCB del Gran
Colisionador de Hadrones (LHC), en el CERN de Ginebra, pero
esto no es curriculum suficiente para la Secretaría de Estado de Investigación,
que evalúa las solicitudes
Diego tiene un contrato de tres años con
el Instituto de Física de Partículas de Holanda, una de las mejores
instituciones de Europa y parece muy probable que se quede allí.
Los datos anteriores son solo algunos
ejemplo del desprecio que la Administración española tiene por los jóvenes
científicos, pero el desprecio se extiende también a los doctores veteranos.
En el mismo día en que nos enteramos de la situación de Nuria y Diego, se
recibe también la noticia de que la Consejería de Sanidad del Gobierno de la
Comunidad de Madrid, que dirige el privatizador Lasquetty, ha jubilado por decreto a 500
médicos de los hospitales madrileños, muchos de ellos prestigiosos
Jefes de Servicio, dejando a la sanidad madrileña en precario tanto por el
número como por la cualificación profesional de los jubilados forzosamente.
Quieren acabar con todo, también con los
investigadores científicos sean jóvenes o veteranos
Afortunadamente he tenido la oportunidad
de asistir acompañando a mi hermano que
tuvo el honor de hacer la laudatio, a la investidura de Doctor Honoris
Causa por la UCM de Sir Antoni Hoare,
prestigioso científico informático británico, premio Turing de 1980, que en su
larga carrera ha desarrollado importantes trabajos como la invención en 1960
del algoritmo de ordenamiento Quicksort, el desarrollo de la Lógica de Hoare, y
el lenguaje formal CSP.
Si el protocolo medieval de la investidura
chocaba con la modernidad de la sala, sorprendía mucho más que alguna
institución española valorase positivamente la ciencia, la investigación y el
conocimiento en medio de tanta miseria intelectual.
El Rector J. Carrillo aprovecho también su
intervención final para reclamar más presupuesto para las universidades que
también están en la mayor penuria. Seguro que su petición cae en saco roto como
tantas otras.
Desmoraliza la relación concreta de casos en los que se manifiesta la desatención a las personas dedicadas a la investigación y el trabajo científico que se han desarrollado en nuestro país.Öjala acabe pronto esta sangría y podamos reciir de nuevo a las personas que se han tenido que marchar.
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