Mucho se ha criticado a los políticos que han pasado del sector público al privado, practicando lo que se ha dado en llamar "puerta giratoria", el paso inverso es normalmente menos criticado e incluso, algunas veces, ensalzado como virtud.
Esta visión tan negativa es propia del análisis sin matices que suele hacerse actualmente, en el que todo lo que este relacionado con la política es sospechoso. Un análisis más sosegado llevaría a la conclusión de que no todas las "puertas giratorias" son iguales.
No es lo mismo un ex-presidente del gobierno de España que después de muchos años de cesar de su cargo, acepta un puesto en el consejo de administración de una gran empresa, que en un ex-consejero de sanidad que se coloca, nada más dejar su puesto, en el consejo de administración de la empresa de servicios médicos a la que acaba de adjudicar un gran contrato de gestión hospitalaria. Lo primero puede ser poco estético, pero lo segundo, tiene otro nombre muy diferente.
Los casos de dos conocidos diputados populares, F. Trillo y M. Pujalte, que han aparecido recientemente, no parecen ser puertas giratorias, se asemejan mucho más a la versión política de la teoría de los vasos comunicantes (VC):
"En física los VC son un sistema compuesto por dos o más recipientes en donde uno con mayor nivel de líquido que el otro, se unen a través de un tubo hueco generando un desplazamiento del liquido desde el que contiene más líquido hacia el que contiene menos"
En su versión política, lo que fluye en un sentido es información privilegiada e influencias mientras que, en sentido contrario, fluyen retribuciones en forma de honorarios por "supuestos informes orales de consultoría estratégica".
Después de treinta años de trabajar en el sector de consultoría, puedo asegurar que el producto de un contrato de asesoría es siempre una colección de documentos técnicos y de gestión, relativos al tema que corresponda. El informe oral tomando café, nunca lo he visto.
Ignoro por que razones se ha enfocado la denuncia de esta práctica como un abuso de las compatibilidades laborales de los diputados, creo que es mucho más grave: se trata con toda probabilidad de tráfico de influencias. Las compatibilidades laborales de los diputados seguramente necesitan una revisión profunda y concederse con mayor rigor que el que parece se sigue actualmente, pero nunca, ni siquiera con la laxitud actual, pueden servir para ocultar ningún chanchullo.
Esta visión tan negativa es propia del análisis sin matices que suele hacerse actualmente, en el que todo lo que este relacionado con la política es sospechoso. Un análisis más sosegado llevaría a la conclusión de que no todas las "puertas giratorias" son iguales.
No es lo mismo un ex-presidente del gobierno de España que después de muchos años de cesar de su cargo, acepta un puesto en el consejo de administración de una gran empresa, que en un ex-consejero de sanidad que se coloca, nada más dejar su puesto, en el consejo de administración de la empresa de servicios médicos a la que acaba de adjudicar un gran contrato de gestión hospitalaria. Lo primero puede ser poco estético, pero lo segundo, tiene otro nombre muy diferente.
Los casos de dos conocidos diputados populares, F. Trillo y M. Pujalte, que han aparecido recientemente, no parecen ser puertas giratorias, se asemejan mucho más a la versión política de la teoría de los vasos comunicantes (VC):
"En física los VC son un sistema compuesto por dos o más recipientes en donde uno con mayor nivel de líquido que el otro, se unen a través de un tubo hueco generando un desplazamiento del liquido desde el que contiene más líquido hacia el que contiene menos"
En su versión política, lo que fluye en un sentido es información privilegiada e influencias mientras que, en sentido contrario, fluyen retribuciones en forma de honorarios por "supuestos informes orales de consultoría estratégica".
Después de treinta años de trabajar en el sector de consultoría, puedo asegurar que el producto de un contrato de asesoría es siempre una colección de documentos técnicos y de gestión, relativos al tema que corresponda. El informe oral tomando café, nunca lo he visto.
Ignoro por que razones se ha enfocado la denuncia de esta práctica como un abuso de las compatibilidades laborales de los diputados, creo que es mucho más grave: se trata con toda probabilidad de tráfico de influencias. Las compatibilidades laborales de los diputados seguramente necesitan una revisión profunda y concederse con mayor rigor que el que parece se sigue actualmente, pero nunca, ni siquiera con la laxitud actual, pueden servir para ocultar ningún chanchullo.
Es curioso cómo se puede utilizar el lenguaje para ocultar realidades. Parece clara la diferencia que aprecias y que afecta de forma diferente a unos casos de otros.
ResponderEliminarEl Partido Popular ha hecho del dinero y de la corrupción su forma de existir.
ResponderEliminarCuando, después de las elecciones que están por venir, pierda gran parte de su poder va a haber una desbandada terrible en sus militantes.
Tanto las puertas giratorias como los vasos comunicantes acaban destrozando los países. Habría que legislar para evitarlas todo lo posible.