La negativa de los partidos nacionalistas catalanes a apoyar los Presupuestos Generales del Estado fue el detonante de las elecciones anticipadas recientemente celebradas La situación política en Cataluña ha sido protagonista destacada en la campaña electoral, y lo está siendo también en los prolegómenos de la XIII legislatura.
La triple alianza de la derecha españolista, que está paranoica considerando a Cataluña el enemigo público número uno mientras los independentistas se desesperan al no ver progresar su república, y contemplar como avanza el proceso judicial que va a condenar a sus dirigentes a muchos años de prisión, configuran un escenario político ingestionable.
Las iniciativas de acercamiento del gobierno tropiezan con los continuos desplantes nacionalistas y hacen muy complicado avanzar en un dialogo constructivo sobre el futuro de Cataluña, más allá de la quimera del referéndum de autodeterminación, o la declaración de guerra del art. 155 permanente que quieren las tres derechas.
El último gesto positivo socialista a Cataluña, la propuesta de Miquel Iceta como presidente del Senado, ha sido interpretado inversamente por ERC y JxCAT que se han negado dar el visto bueno a su nombramiento como senador autonómico. Cs y PP por su parte han evitado votar con los separatistas y han acabado por abstenerse, aunque utilizando todo el argumentario demagógico habitual. Ni unos ni otros parecen darse cuenta de que el PSC tiene todo el derecho a nombrar a quien le parezca sin tener que dar explicaciones a nadie, ni de que el debate sobre la presidencia del Senado no corresponde al parlament catalán sino al propio Senado.
El último gesto positivo socialista a Cataluña, la propuesta de Miquel Iceta como presidente del Senado, ha sido interpretado inversamente por ERC y JxCAT que se han negado dar el visto bueno a su nombramiento como senador autonómico. Cs y PP por su parte han evitado votar con los separatistas y han acabado por abstenerse, aunque utilizando todo el argumentario demagógico habitual. Ni unos ni otros parecen darse cuenta de que el PSC tiene todo el derecho a nombrar a quien le parezca sin tener que dar explicaciones a nadie, ni de que el debate sobre la presidencia del Senado no corresponde al parlament catalán sino al propio Senado.
Un gobierno socialista como el actual, partidario del dialogo y la negociación que, además necesita, aunque solo sea tangencialmente, del apoyo de los nacionalistas catalanes, es el mejor escenario que se puede desear para avanzar en la solución del conflicto territorial, pero, para ello, es imprescindible que ERC y JxCAT aparquen sus deseos de independencia a corto plazo.
Hay que esperar que las rabietas de los "indepes" se calmen después de las elecciones y, sobre todo, después de que se dicte sentencia en el juicio del procés.
El único resultado de su última rabieta ha sido aumentar la desconfianza entre el gobierno y ERC, en un momento en que parecía que una supuesta mayor moderación de los republicanos podría propiciar el acercamiento. Como dice el propio Iceta, ERC vuelve siempre al radicalismo en los momentos claves.
Es más que previsible que el TC obligue al parlament catalán a reconsiderar su posición y que el PSC pueda recuperar a M. Iceta para el Senado. En cualquier caso, la propuesta de ofrecer a una diputada y a un senador del PSC las presidencias del Congreso y del Senado, mantienen el gesto de mano tendida a Cataluña que significaba el nombramiento de M. Iceta.
Los parlamentarios del PSC tendrán nuevas oportunidades de intentar recuperar la confianza del PSOE en el próximo debate de investidura, evitando votar en contra junto con las tres derechas. Afortunadamente, este debate se realizará después de las elecciones municipales.
El PSOE se debate entre dos orillas. Si se porta bien con los independens pierde votos entre los españolistas (que son muchos). Si se dedica a fastidiar a los independens, éstos van a votar en contra de la investidura de Pedro Sánchez. La vida es así. Afortunadamente, se supone que después del 26 de Mayo las aguas vuelvan a su cauce. Pero teniendo en cuenta que en Política nadie te regala nada por tu cara bonita.
ResponderEliminarTodo cambiará después de las próximas elecciones , ahora cada partido juega su baza política , los independentistas , los nacionalistas españoles etc. También tendrá su importancia el final del juicio y sentencias que se dicten . Pase lo que pase es necesario seguir hablando con todos y por supuesto con ERC , principal partido catalán. La habilidad de Pedro Sánchez así como presidenta/e del Congreso y Senado harán más fáciles los estímulos para seguir dialogando e intentar buscar soluciones que tranquilice la vida política , aunque los VOX , Ciudadanos y PP pondrán sus piedras en el camino que por lo que se ve están contaminados de un nacionalismo exagerado y fuera de sí .
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