Después del triunfo del PP en las elecciones andaluzas, precedido por sus victorias en Castilla y León y Madrid. El partido popular proclama a los cuatro vientos el inicio de un nuevo ciclo político que supondría el fin del gobierno socialista y permitiría el acceso de Feijoo a la presidencia del gobierno.
La victoria del PP en 3 CC.AA. en las que ya gobernaban previamente y el nombramiento de N.Feijoó como nuevo presidente del PP después de la salida de Casado provocada por denunciar las miserias de Ayuso, es el indicador principal del optimismo de las derecha, pero no es el único pues está acompañado de múltiples encuestas favorables y de las conclusiones de numerosos tertulianos, analistos y todólogos, muchos de ellos claramente de derechas y muchos otros de actitudes de equidistancia que ni se corresponden con la realidad. Las denuncias que el gobierno está haciendo sobre los medios y los poderes ocultos tienen una base muy solida.
Estas circunstancias, aunque preocupantes para la izquierda, no me parecen suficientes para proclamar que llega el momento del PP.
En primer lugar solo ha ratificado mayorías que ya tenía previamente, incrementadas en gran parte por los votos de Ciudadanos que se ha desplomado seguramente mucho mas por la ineptitud de sus lideres nacionales, Arrimadas y Bal, que por la actuación de sus vicepresidentes autonómicos que ha sido de lo más válido de los gobiernos autonómicos de derechas.
Por otra parte el "efecto Feijoó" se parece cada vez mas a un espejismo. El supuesto lider moderado, maduro y competente, aparece como una versión envejecida del adolescente Casado al que ha sustituido pues mantiene su misma línea política, su mismo equipo, sus mismos principios negacionistas y su misma falta de colaboración en una situación tan crítica como la que estamos teniendo en España y en Europa y sigue sin resolver de una vez la renovación del CGPJ.
En cuanto a las encuestas, que nacen como setas en otoño, hay que decir por un lado que son encuestas de parte promovidas casi todas por medios de derechas: ABC, La Razón, El Mundo, OK diario y por otro que son encuestas de la "señorita Pepis", con muestras muy limitadas, no mas de mil cuestionarios, que no ofrecen datos completos como número de votantes indecisos y con una audacia inconmensurable se atreven con esas endeblez de datos a dar repartos provinciales en las 50 provincias. Pura propaganda que solo tiene valor como foto instantánea, genérica y borrosa.
El gobierno por su parte está haciendo una gestión en general muy positiva, adoptando medidas que permiten a los ciudadanos soportar la crisis en mejores condiciones, como muestras mas significativas, entre muchas otras, están la subida de las pensiones con el IPC, el SMI a 1.000€y la reducción del paro desde el 18,75 % de 2017 (Rajoy) hasta el 13.33 % actuales y el acuerdo energético sobre la excepción ibérica que permite la reducción sustancial del recibo de la luz.
Sin embargo, la imagen del gobierno es mas negativa de lo que se merece, en primer lugar porque casi por definición el gobierno es responsable de todo lo que no funciona aunque las causas no le sean imputables; caso claro es el fuerte incremento de la inflación en España y en todo el mundo que aunque es debida a las consecuencias invasión rusa de Ucrania, y aunque ningun gobierno puede evitarla mas allá de tomar medidas paliativas, los políticos de derechas y sus satélites mediáticos insisten de en culpabilizar al gobierno. Hay otros factores que contribuyen a la mala imagen que es necesario y posible corregir:
- Las excesivas discrepancias públicas en el seno del gobierno, muchas de ellas evitables que empañan incluso grandes logros
- Hace unos meses del debate "teórico" sobre si había que derogar totalmente la Reforma laboral que se resolvió afortunadamente en la mesa del dialogo social sin entrar en esta filosofía
- La Ley de solo Si es Si se vio empañada por disquisiciones filosóficas, que interesan a muy pocos, sobre la identidad de genero o sobre cual es la mejor forma de luchar contra la prostitución.
- El debate sobre los gastos de defensa y la OTAN que resucitan debates añejos de hace 40 años que hoy, en plena guerra de Ucrania, no tienen ningún sentido.
- Los errores de comunicación del gobierno que hacen que sus mensajes no lleguen con facilidad a la ciudadanía, para ello habría que.
- Cambiar los portavoces, tanto del gobierno como del partido y del grupo parlamentario.
- Mejorar los contactos con los partidos que apoyaron la investidura que se quejan con frecuencia de que no están bien informados.
- El comportamiento de los medios audiovisuales y escritos cuyas líneas editoriales y algunos de sus periodistas mas significativos tienen cada vez mas de forma implícita o expresa una actitud antigubernamental muy apreciable. No es ajeno a este comportamiento las relaciones espurreas recientemente hechas públicas entre el comisario Villarejo y al gunos "prestigiosos periodistas"
- Las tradicionales tertulias cada vez están compuestas por mas "todólogos" claramente de derechas o falsamente equidistantes entre la derecha y el sector progresista.
- La información general en los medios tiende a solemnizar sistemáticamente con estupidos reportajes diarios cuanto ha subido la cesta de la compra o los combustibles sin relacionarlo con la situación de guerra que es el origen del aumento del coste de la vida.
- Contradictoriamente la información de ocupación turísticas, atascos en carreteras o utilización de aviones, trenes y autobuses, indica que la ciudadanía tiene ganas de vacaciones y capacidad económica para hacerlo
- Sorprende en este contexto que la mitad de la población considere que la guerra de Ucrania es un conflicto cercano pero no es nuestra guerra, ignorando que si estamos enviando armas y municiones, ayuda económica y solidaria a Ucrania, nuestras tropas de tierra mar y aire están desplegadas en la segunda línea de combate en los países fronterizos con Ucrania, y participando de las sanciones económicas económicas y sufriendo las consecuencias de los cortes energéticos de gas y petróleo, quiere decir que estamos en guerra y no hay mas remedio que asumir las consecuencias de la guerra y buscar la mejor manera de hacerlo siendo conscientes que hasta que no se acabe el conflicto no se podrá volver a la normalidad, aunque sea relativa.
En definitiva difícilmente puede sostenerse que estamos en un nuevo ciclo si no mas bien en la última fase del mismo ciclo, con el mismo gobierno progresista, con sus aciertos y contradicciones y con la misma oposición irresponsable con cara nueva. La gran diferencia es que estamos en guerra y mientras dure no hay mas remedio que ponerla en un lugar preferente y asumir de la mejor manera posible la inflacción derivada del precio del gas y del petróleo.
Si la situación económica es buena y se crean más empleos lo lógico es que en Diciembre de 2023 Pedro Sánchez repita como Presidente del Gobierno. La sonrisa del PP es prematura. Hay partido.
ResponderEliminarComo era previsible (al menos por mi), tenemos Pedro, al menos, durante 8 años
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