Blog de Alfredo20032

Comentarios, desde la izquierda, de la actualidad política y social, con referencias esporádicas a otros temas más o menos relacionados.




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07 septiembre 2016

El tren del progreso pasa otra vez

Es prudente coger los trenes cuando pasan, pues raramente vuelven a pasar otra vez.

El pasado Marzo pasó el tren del pacto de progreso, lo quisieron coger dos viajeros pero el tercero, aunque estaba invitado, renunció a última hora pues esperaba coger el expreso del sorpasso, pero este expreso nunca llegó a pasar.

Unos meses después pasó el tren de la continuidad, uno de los viajeros del primer tren, que  considera que lo más importante es viajar, aceptó cogerlo, junto con el viajero promotor de este segundo viaje, que no estaba invitado en el primero. Invitaron también a compartir el viaje al viajero que promovió el primero pero, dado el estado deplorable del tren de la continuidad, renunció a subirse a él.

El tercer viajero, el que aspiraba al tren del sorpasso que nunca llegó, intentó, promover, junto con un quinto viajero, un tren de mercancías con vagones de diferente tipo, incluidos algunos que llevaban materias peligrosas, el segundo viajero tampoco podía aceptar ese  tren tan peligroso.

Ahora vuelve a aparecer la posibilidad del tren de progreso, el viajero que no lo quiso en su momento parece dispuesto a cogerlo, aunque no ha dicho nada de renunciar a parte de su equipaje, que contiene algunos elementos complicados, falta saber la opinión del viajero que aceptó, coger el primer tren de progreso y  aceptó, a regañadientes, viajar en el tren de la continuidad.

El tren de la continuidad no va  a salir y para que el viaje del tren del pacto de progreso sea posible, es necesario que los tres viajeros se pongan de acuerdo en los equipajes que quieren  llevar.

¿Será posible este acuerdo y empezar un viaje que es totalmente imprescindible?

Las dificultades están en los propios viajeros y en los equipajes que transportan, pero dado que en algunos casos han podido resolverse, hay que esperar que en otros también se resuelvan.

Las diferencias entre el viajero Popular y el viajero Ciudadanos son públicas y notorias, pero han podido resolverse para intentar el viaje de la continuidad. ¿No podrían resolverse  tambien las diferencias entre Podemos y Ciudadanos, aunque no lleguen a una profunda amistad.

También hay diferencias, es verdad que no tan profundas entre Socialistas y Podemos, que también deberían resolverse.

El quinto viajero, los nacionalistas tienen diferencias solo con Cs, pues con Populares y Socialistas han compartido viaje en diferentes ocasiones.

Por otro lado hay también fuertes dificultades con el equipaje, específicamente con la maleta de la independencia y el referéndum que, tanto nacionalistas, como Podemos, este en menor medida transportan. Si estos viajeros quieren participar en el viaje tendrían que modificar su equipaje.

Las únicas incompatibilidades irreconciliables son las de Podemos y PP y, aunque a algunos no les parezca, casi tanto como están las de de Populares y Socialistas

A pesar de todo, somos cada día más los que esperamos que sea posible el viaje del progreso y se resuelvan todas las diferencias de la mejor forma posible.

03 septiembre 2016

Después del 2 de septiembre

El pacto firmado por el PP y Cs, aunque positivo en términos generales es muy limitado e insuficiente, en algunos casos se limita a meros retoques, en otros, simplemente a manifestar buenas intenciones y se deja muchos temas importantes fuera, como la reforma laboral. 

No obstante estas limitaciones, Cs ha hecho un buen trabajo dentro de los márgenes que tiene un acuerdo con el PP. Las ausencias y limitaciones del pacto pueden interpretarse como un banderín de enganche para que el PSOE pudiera reclamar algunas mejoras que le permitieran salvar la cara y justificar su abstención para que  gobernara al PP.

La interpretación que ha hecho Pedro Sánchez, según ha podido verse en el debate de investidura, ha sido muy diferente: ha realizado un recorrido muy crítico por las políticas que ha hecho el PP durante sus cuatro años de mayoría absoluta, para concluir que el PSOE no puede otorgarle su confianza ni siquiera con una abstención crítica. En un pacto, no es suficiente llegar a un acuerdo sobre sus contenidos, tan importante como eso es tener la confianza de que quienes lo firman tienen la voluntad de cumplirlo y el PP, por más que proclame que es un partido serio, ha demostrado todo lo contrario, desde el momento en que, al día siguiente de ganar las elecciones del 2011, empezó a hacer todo lo contrario de lo que había prometido en campaña.

Aunque en esta ocasión no tiene mayoría absoluta y no le sería tan fácil como hace cuatro años, las contradicciones existentes en los partidos de la oposición le dejarían todavía bastante margen de maniobra. En definitiva, el PP ha pagado cuatro años de prepotencia corrupción y mala política y aunque una visión pragmática pudiera aconsejar la abstención, esta no es posible porque chocaría con los sentimientos y el rechazo de militantes y electores.

Con el NO  en la investidura se visualiza el primero de los tres Noes del PSOE, el segundo, la convocatoria de terceras elecciones tiene que seguir vigente, pues nadie las quiere y si finalmente las hubiera, sería por el fracaso de todas las demás opciones. En cuanto al tercer NO, es ya necesario que el PSOE presente una alternativa pues, como es evidente, los tres Noes no pueden mantenerse indefinidamente.

P. Sánchez está haciendo una gestión muy prudente, y seguramente acertada de los tiempos: Es el tiempo de Rajoy y mientras no se acabe no tomaremos ninguna iniciativa. Pero el tiempo de Rajoy ya se ha acabado y ahora empieza un nuevo período en el que es imprescindible que el PSOE tome la iniciativa. 

Aunque el período de dos meses expira al final del mes de Octubre y el 25 de Septiembre hay dos importantes convocatorias electorales, hay que ponerse en marcha cuanto antes, sin esperar a sus resultados, pues el tiempo pasa muy deprisa y cualquier iniciativa tiene que pasar finalmente por el Comité Federal del Partido.

Creo que el PSOE tiene que ofrecerse para presidir un gobierno de progreso, en la misma línea y con los mismos componentes, que en Marzo: PSOE, Podemos y Ciudadanos. No es una opción fácil pero, como decía Sherlock Holmes, descartado lo imposible hay que pensar en lo improbable y por lo que se ha visto, imposible es la abstención para que gobierne el PP e imposible es un pacto que incluya a los nacionalistas catalanes embarcados en un proceso de secesión. Los partidos nacionalistas han entrado en diversas ocasiones en combinaciones de mayoría parlamentaria tanto con el PSOE como con el PP y siempre han pedido a cambio concesiones para las CC.AA. El problema es que la concesión que piden ahora, que se les facilite un referendum de autodeterminación, ni es legal, ni es posible políticamente, pues choca frontalmente con la linea política socialista.

La única opción posible es el pacto PSOE, Podemos, Cs que se planteó en Marzo, que fue aprobado por el C.F. socialista y por la inmensa mayoría de los afiliados, y que fue desbaratado por Pablo Iglesias cuando apostó por la jugada del sorpasso, con un resultado nefasto, ya que que Podemos perdió más de un millón de votos. Aunque Cs tampoco es muy favorable a esta opción, aceptó en su momento reunirse con Podemos para valorar el pacto a tres.

Sin embargo el escenario es ahora distinto:
  • Podemos lleva meses diciendo que tiende la mano para un acuerdo. Tienen que saber, si son sinceros, que tienen que renunciar de una forma o de otra a su propuesta de referendums a la carta.
  • Cs ha llegado a un acuerdo con elPP, que ellos mismos critican porque no se fían nada de los populares, como se ha visto en el debate.
  • Ambos partidos emergentes son, seguramente, los que más tienen que perder con unas terceras elecciones.
  • Hay una base de acuerdo que es el pacto PSOE Cs de Marzo, ampliado por la aceptación por parte del PSOE de las aportaciones que hizo Podemos, excepto referendums y propuesta económica, antes de la "espantá" de P. Iglesias.
La mayor dificultad del acuerdo es la "alergia" mutua que se tienen ambos partidos emergentes, que tendrían que superar con grandes dosis de antihistamínicos, del mismo modo que en el PSOE tendremos que usar grandes cantidades de analgésicos para combatir el dolor de muelas permanente que nos provocaría un gobierno de esas características.

Un numeroso grupo de intelectuales, artistas y algunos políticos del PSOE, Izquierda Unida, Compromis y otros partidos, han pedido públicamente esta opción en un manifiesto y somos muchos los ciudadanos que nos estamos sumando a ella. Se puede firmar accediendo a la página que se referencia al margen.

El PSOE tiene la obligación moral de intentar esta opción antes de que sea inevitable la convocatoria de nuevas elecciones. Un dato indirecto, que la avala, es la poca difusión que esta teniendo en prensa, radio y TV, incluido el New York Times, en los que analistos y tertulianos de todo pelaje se pasan el día especulando sobre la inevitabilidad de la abstención socialista con todo tipo de argumentos, algunos de ellos bastante chocantes.


30 junio 2016

El electorado nos dio un mandato

Después de las elecciones del 26J, repetición de las del 20D, el electorado ha clarificado su mandato a los partidos políticos.

En síntesis, el esquema básico de fraccionamiento del escenario se mantiene  muy similar al 30D, pero con algunas variantes  que se reflejaban en el balance publicado hace dos días.
  • Hay que evitar convocar nuevas elecciones.
  • La derecha ha concentrado una buena parte de su voto en el PP.
  • La izquierda ha castigado con fuerza a Unidos Podemos pero no ha trasladado su apoyo al PSOE.
Con estos datos básicos se puede interpretar que el electorado ha considerado que el PP debe formar un gobierno que, en ningún caso, puede tener las características del formado en 2011 con patente de corso para seguir sus criterios sin contar con nadie.

Los restantes partidos deben asumir esta situación y colaborar, sin traicionar sus programas y su ideología, en la gobernanza del país. Este escenario tiene soluciones, siempre que cada uno sepa interpretar su papel correctamente.

El PP debe rectificar algunas de las aristas mas afiladas de su programa político, económico y social y a alguno de sus talibanes más notorios.

Cs, como partido más cercano al PP, tiene que desarrollar sus dotes de bisagra, y de forma similar a como lo hizo en las autonómicas de Andalucía y Madrid, facilitar el gobierno a cambio, en primer lugar de una limpieza profunda del PP, en segundo de que modere algunas de sus políticas económicas y sociales.

Para que este esquema funcione, es imprescindible, que haya un acuerdo básico PP-Cs que sumaría 169 diputados, que necesitaría ser complementado con otros apoyos.

Los partidos nacionalistas, todos ellos menos Bildu y ERC en el campo del centroderecha, podrían tener ese papel complementario. En total suman 25 diputados, 14 de ellos de centro derecha.

Si excluimos de cualquier colaboración, por razones obvias, a los ocho diputados de Convergencia de Cataluña, quedarían cinco del PNV y dos canarios, uno de ellos en las listas del PSOE, que podrían completar mayorías. Un acuerdo de estas características sumaría los 176 diputados de la mayoría necesaria.


El PSOE debe liderar la oposición de forma constructiva, como lo ha hecho en muchas ocasiones, pero favoreciendo pactos de Estado o de menor rango, donde y cuando sea necesario, para acometer, al menos, alguna de las profundas reformas que España necesita.


Si no fuera posible que el PP y Cs sumasen a los nacionalistas, y se dieran algunos requisitos mínimos, el PSOE podría prestar las abstenciones necesarias para, sin salirse un ápice de su papel de liderar la oposición, permitir que hubiera un gobierno.

Por último queda UnPo, que tendrán que decidir que hacer con sus diputados, una vez se hayan lamido las heridas del batacazo. Pueden optar por "echarse al monte" y "batasunizar" su acción política, disparando a todo lo que se mueve y clamando contra tirios y troyanos, o centrar su discurso de forma positiva y aportar ideas desde la izquierda que representan. Espacio va a haber para ello.

UnPo es una coalición muy variopinta, con gentes de diversas procedencias que pueden actuar de formas diferentes. En la legislatura que acaba de terminar ya se vieron algunas de ellas, especialmente con Compromis Valenciano, que se fue al grupo mixto a las primeras de cambio para mantener una cierta personalidad, que hizo valer, de forma positiva, en los intentos de pacto que se sucedieron. Hay que esperar que Compromis, IU, alguna otra confluencia, o incluso sectores del núcleo central de Podemos reflexionen y tomen decisiones positivas.

Es previsible una legislatura de transición corta  que aclare posiciones y permita un gobierno mas definido antes de que pasen los cuatro años, pero la duración de una legislatura nunca se sabe.


20 junio 2016

Voto útil, del miedo y otras modalidades de votación.

Llegados al ecuador de la campaña, empiezan a aparecer las apelaciones al voto útil, hechas, en este caso, por los dos partidos extremos del espectro parlamentario, PP y UnPo, con objeto de fortalecer la pinza fáctica que han diseñado.

Lamentablemente para ellos, el voto útil en esta ocasión es totalmente innecesario. En un sistema electoral proporcional con fuertes correcciones territoriales, votar  a un partido pequeño, como podrían ser IU o UPyD  hace cuatro años, en algunas provincias con pocos representantes, no tenía utilidad real pues esos votos no podían traducirse en diputados. Por eso, votar a estos partidos era, en la práctica, una forma de votar en blanco.

Sin embargo el cuatripartito que tenemos actualmente a nivel estatal ha cambiado las cosas y las provincias que eligen pocos diputados, ya no son un coto exclusivo del PP y el PSOE. En una provincia pequeña que elija solo tres diputados, para que un partido obtenga dos representantes tiene que doblar en votos al tercer partido, por ello es previsible que en casi todas las provincias pequeñas se repartan los diputados entre tres partidos y en muchas de cuatro o cinco, obtengan representación los cuatro. Salvo Ceuta y Melilla que solo eligen un diputado y Soria que elige solo dos, el voto en las demás provincias es siempre útil pues el equilibrio de fuerzas hace que cualquiera de los cuatro grandes partidos pueda obtener representación. Por tanto, el recurso al voto útil en estas elecciones no es más que una trampa para ingenuos e ignorantes, que seguramente tendrá poca eficacia.

Otra cosa distinta, es el voto del miedo a Podemos  al que está recurriendo el PP, pero que también afecta a los electores de otras tendencias. La afirmación de Alfonso Guerra de que, según sea el momento, Unidos Podemos es socialdemócrata, anticapitalista, comunista o bolivariano, es muy acertada y provoca muchas dudas y temores entre los electores progresistas, hasta el punto de que el nivel de rechazo de Pablo Manuel I., es comparable al de Mariano Rajoy.

Pero no se trata solo de calificarlos de bolivarianos y de acusarlos de apoyarse en modelos fracasados como los de Venezuela o Grecia, se trata, fundamentalmente, de lo que algunas propuestas incrustadas en sus programas ocultan con mucha frecuencia y solo publicitan en los ambientes que consideran propicios.

La primera de estas propuesta es su modelo de Estado, con la convocatoria de múltiples referendums a la carta que no solo complican encontrar una salida justa y solidaria para Cataluña sino que, además, agudizan el problema donde estaba mas calmado, Euskadi, y lo crean donde prácticamente no existía Valencia y Galicia. Un autentico disparate.

El segundo tema inasumible, es su propuesta semioculta pero documentada, de salir del euro y de la Unión Europea que nos devolvería a la España de la autarquía. Si el Brexit es un grave riesgo para un país mucho más desarrollado que nosotros, el "Espexit" nos llevaría a una situación lamentable. Sus amigos los griegos han asumido la intervención directa de la troika con grandes recortes, antes que proponer la salida de la UE que propugnaba Varoufakis.

El tercer gran escollo es su propuesta económica con un nivel de gasto de 60.000 M€, inasumible tanto para España como para la Comisión Europea.

Por tanto, el voto del miedo a un gobierno de UnPo, está plenamente justificado por estas propuestas tan fuera de lugar. Lamentablemente, el miedo a UnPo no es exclusivo de la derecha, también hay muchas reticencias en el electorado progresista.

La continuidad de la derecha tampoco es una buena alternativa, pues sería validar el estado de miseria y pobreza a que nos han llevado los cuatro años de recortes, desmantelamiento de los servicios públicos y desregulación laboral del gobierno de Rajoy.

Muchos ciudadanos ya tenemos decidido nuestro voto, pero muchos otros todavía tienen dudas sobre a quien votar. El PSOE perdió la confianza de muchos de ellos en Mayo de 2010, hace seis años, y todavía no se ha recuperado. A estos ciudadanos que dudan hay que pedirles su voto aunque nos voten sin entusiasmo, pues en el PSOE hemos hecho un gran esfuerzo en los últimos años y estamos en condiciones de ofrecer un gobierno limpio y eficiente, que permita recuperar el estado de bienestar y los derechos perdidos. 

Este apoyo, incluido el de muchos "votantes huérfanos" que anteriormente votaron a IU o a UPyD, o al propio UnPo, es imprescindible para evitar por un lado que el PP siga gobernando y por otro que los "nuevos salvadores" de la patria tomen algunas decisiones que  también lleven a España a la ruina.


En la situación política actual es casi imposible que un solo partido obtenga mayoría absoluta, por lo que será imprescindible formalizar pactos, que forzosamente, tendrán carácter transversal. 

Descartado la  "Gran Coalición" con el PP, nos queda un esquema similar al que planteamos antes de la sesión de investidura, que incluya a Cs, con el que ya se ha demostrado que es posible llegar a acuerdos y a UnPo, si renunciase a los planteamientos antes mencionados: referendums autonómicos y salida de europa, y ajustase a dimensiones realistas sus propuestas económicas y fiscales.

Para hacer un pacto positivo es necesario que el PSOE mejore sustancialmente sus resultados, si UnPo tuviera mas representantes que el PSOE el pacto sería mucho más difícil. En cualquier caso, que el PSOE y UnPo compartan gobierno parece muy poco factible, sería mas probable, si las condiciones se cumplieran, un simple acuerdo de investidura en uno u otro sentido.  


15 junio 2016

A vueltas con los pactos postelectorales

Parafraseando al Cholo Simeone, hay que ir partido a partido sin hacer previsiones de futuro que puedan ser castillos en el aire. Este comportamiento vale tanto para la competición futbolística como para las previsiones del 26J.

Por más que se empeñen los medios de comunicación, que muchas veces quieren ser, no el cuarto poder, sino el primero, segundo y tercero simultáneamente y con competencias inquisitoriales de quemar en la hoguera a quien les parezca, no se puede hablar en serio de pactos postelectorales hasta que no se conozca el resultado real de las elecciones. Lo demás son castillos de naipes que se caen al menor soplido.

No obstante, los electores tienen derecho a saber que va a pasar con su voto, si por medio de pactos va a acabar sirviendo para apoyar a un partido que no les parece conveniente.

Cuando colaboras en la campaña electoral de un partido, en mi caso el PSOE, repartiendo propaganda en la calle, adquieres una experiencia que, aunque sea subjetiva, es significativa. Hay ciudadanos que te cogen la propaganda por simple cortesía, otros con asentimiento, indicando que son simpatizantes de tu partido y otros por último que la rechazan, casi siempre con buenos modos. Entre los ciudadanos que se identifican como votantes socialistas algunos te hacen comentarios políticos y entre estos comentarios, es bastante frecuente que te adviertan de su oposición a que se pacte con Podemos, indicación clara del nivel de rechazo que tiene este partido y su máximo dirigente entre los votantes socialistas y que, según el sondeo CIS, es  similar al que tiene Rajoy y el PP.

Hay mucha gente que no quiere pactar con un partido del que no se fían pues ya ha intentado en varias ocasiones robarnos la cartera. El número de socialistas que hemos cambiado de opinión sobre posibles pactos desde el 20 de diciembre es muy alto. En aquel momento las preferencias para pactar eran con Podemos por coincidencias programáticas pero tras las trampas, insultos, engaños y deslealtades de Pablo Manuel I. y su séquito, simplemente no nos fiamos. No se puede pactar si no hay confianza mutua y con Podemos se ha perdido completamente.

Los posibles pactos dependeran de los resultados electorales, que, probablemente, no diferirán mucho de los 25D:
  • PP                     28,72 %
  • PSOE                 22,01 %
  • Cs                     13,93 %
  • UnPo                24.33 % (20,66 % de Pod+ 3,67 % de IU)
Nótese que el llamado sorpasso de UnPo, ya se dio en diciembre (sumando los dos grupos de la coalición) y ahora lo que puede pasar es que lo pierdan, si no consiguen mantener los mismos resultados.

Por efecto de la ley electoral, UnPo tendría una mayor representación con el mismo resultado de diciembre, quitando representantes a los otros partidos. Ahora bien, el barullo ideológico y programático de UnPo y las contradicciones ideológicas que hay entre ellos, es muy posible que tengan un efecto negativo y tengan muchas dificultades en alcanzar el 24% que obtuvieron en diciembre.

El resultado de las elecciones del 26J se medirá por la modificación que tengan los porcentajes de votación de cada partido, dando por hecho que si UnPo obtuviese menos representantes de los 71 de diciembre, el batacazo sería espectacular.

No parece muy probable que las variaciones sean grandes, por lo que va a ser muy difícil formar coaliciones de dos partidos que tengan la mayoría suficiente, salvo la gran coalición PP-PSOE, que los socialistas rechazamos de forma absoluta.

En estas condiciones, para evitar unas terceras elecciones, no parece haber muchas opciones, sin que nadie tenga que violentar sus principios:
  • Un acuerdo a tres, apoyando un gobierno de tipo técnico presidido por una persona de consenso.
  • La propuesta que recientemente ha hecho Jordi Sevilla: compromiso a dejar gobernar en minoría a la coalición que obtenga mayores acuerdos parlamentarios. Para ello los dos partidos que no formen parte de esa coalición tendrían que abstenerse y controlar al gobierno desde el parlamento.
De las tres posibles coaliciones, excluida la gran coalición, PP-Cs, PSOE-Cs y PSOE-UnPo, creo que la que mejor responde a los intereses de España es la que intentó Pedro Sánchez en la legislatura anterior, un pacto de progreso entre las fuerzas del cambio nucleado en torno al PSOE y Cs. Este pacto tendrá mucha más fuerza  si el PSOE fuera el partido más votado.



13 mayo 2016

PSOE. En la centralidad del tablero político

La centralidad del  tablero político, que de forma impropia pretendía invadir Podemos antes del 20D, está ocupada por derecho propio por el PSOE.

Si quedaba alguna duda, el acuerdo POdemos - IU la ha despejado. Podemos, como casi todos los electores valoran, es un partido de izquierda radical y lo de la socialdemocracia y la transversalidad, es puro tacticismo para conseguir más votos.

De los tres esquemas de gobierno posibles, descartando por principio la Gran Coalición, el PSOE está en dos, la de izquierdas y la transversal con Ciudadanos y fuera del tercer bloque formado por Cs y el PP.

El modelo transversal, única propuesta de acuerdo que hubo en la pasada legislatura, fue un intento de solución de necesidad audaz, ante la imposibilidad de firmar acuerdos tanto por la derecha como por la izquierda, pues la inclusión de partidos explícitamente separatistas en el pacto, como pretendía Podemos, era inasumible por más que muchos analistos quisieran obviarlo.

El pacto firmado, aunque ya no esté en vigor, sigue siendo un referente que se podría recuperar en cualquier momento, complementado por otras fuerzas no separatistas, si fuera necesario y posible.

El PSOE tiene muchas dificultades para pactar con Podemos, no solo por las diferencias programáticas, que podrían negociarse, sino y sobre todo, porque se ha demostrado que en Podemos hay muchos dirigentes marrulleros y tramposos, a los que nadie en su sano juicio compraría un coche de segunda mano.

Somos muchos los socialistas, que a la vista de los procesos de negociación de los pasados meses, hemos desarrollado una desconfianza creciente en esta organización y en su líder Pablo Manuel I, que nos hace muy difícil aceptar un acuerdo de gobierno con él. Las dificultades para este pacto no son solo cosa de Pedro Sánchez y su equipo, somos muchos y cada día más, los militantes y votantes socialistas que preferiríamos no tener que pactar con ellos.

Pablo Manuel I está continuamente tendiendo trampas, con el beneplácito de muchos medios de comunicación que se lo compran casi todo. La última la propuesta de listas conjuntas al senado, trampa en la que lamentablemente pican hasta algunos de nuestros imprudentes barones territoriales.

Podemos ha construido una variopinta confluencia, más modelo barullo que otra cosa, que no tiene ni programa, ni campaña común, en la que los lideres de los otros partidos han sido relegados a puestos secundario y tendrán que repartir lupas para ver sus logos en las papeletas. Se trata de una confluencia más orientada a destruir al PP, pero también al PSOE, que a construir nada positivo.

Han llegado a intentar aprovecharse del partido antitaurino PACMA, que tiene una cierta implantación electoral, cuando no llevan en su programa la prohibición de los toros, punto clave en este grupo. PACMA, lógicamente, no ha picado, como tampoco lo han hecho la CHA en Aragón o MES en Baleares.

Veremos si no se le descose algún zurcido más en alguna de las confluencias gallega o catalana o en la propia IU donde hay mucha contestación.