Tras la repetición el 10N de las elecciones generales, la ciudadanía ha dictado su veredicto: El PSOE ha ganado las elecciones, Cs se ha hundido pero Vox, el partido de ultraderecha, ha tenido una subida espectacular.
En esta convocatoria, los ciudadanos han sacado tarjeta amarilla a los dos partidos de izquierdas, PSOE y UP, que no fueron capaces de alcanzar un acuerdo y tarjeta roja, reduciéndolo a la irrelevancia, al partido Ciudadanos.
El PSOE ha perdido 730.000 votos y 3 escaños mientras que UP ha perdido 600.000 y 7 escaños, como consecuencia del castigo que la ciudadanía ha dado a estos grupos por no haber sido capaces de llegar a un acuerdo de gobierno.
Las causas de la tarjeta roja a Cs son varias: la torpeza, la falta de coherencia, su apoyo vergonzante a la extrema derecha, su falta de política en Cataluña, donde llegó a ser primera fuerza en las últimas elecciones autonómicas, su odio visceral a Pedro Sanchez también, su actitud de bloqueo activo hasta que a última hora dio un nuevo bandazo manifestando de forma ambigua, su voluntad de contribuir al desbloqueo.
La tercera tarjeta amarilla se la han enseñado a ERC en Cataluña. La actitud positiva de G. Rufian en los intentos de conseguir la investidura de P. Sanchez, le ha llevado a perder 2 escaños y 145.000 votos equivalentes a dos puntos porcentuales. En este contexto el PDCAT, con posiciones mas intransigentes, mejora sus resultados y la CUP consigue 245.000 votos y entrar en Las Cortes con dos diputados.
Afortunadamente PSOE y UP se han apresurado a entender el mensaje ciudadano y en un tiempo récord de dos días, han firmado un pre-acuerdo de gobierno que supone importantes cesiones por las dos partes:
Como sucedía en la legislatura anterior, el acuerdo del bloque de izquierdas solo suma 158 diputados por lo que necesita más apoyos para conseguir la investidura.
Entre los apoyos previsibles están los de los tres paridos regionales, PRC, BNG, Teruel existe, y Nueva Canarias y el PNV, en total 11 votos más que darían un total de 169.
Los noes claros son los de la derecha del P. Popular, la ultraderecha de Vox y Navarra suma, en total 142 y los de los separatistas catalanes radicales, JxCat y la CUP, en total 10. Esta alianza atípica, hace un total de 152 noes.
Para conseguir la investidura, los 29 diputados restantes tendrían que optar, al menos por la abstención, pero la abstención de estos grupos no es ni evidente ni fácil y hay que trabajarla con mucha prudencia.
La diputada de Coalición Canaria que se presentó con Nueva Canarias, que seguramente votará a favor, es posible que pueda adoptar la misma posición conjunta dependiendo de que se alcance un acuerdo positivo en la agenda canaria, pero en todo caso creo que iría a la abstención.
ERC ha manifestado en repetidas ocasiones su intención de no bloquear pero la complicada situación que tiene ahora Cataluña le pone en una situación muy difícil. Han pedido dialogo con el gobierno y no debería haber inconveniente si ERC excluye las peticiones de referéndum y autodeterminación, a cambio el PSOE seguramente tendría que aceptar negociar medidas sobre la situación de los políticos catalanes encarcelados. Unidos Podemos y el PNV podrían apoyar esa negociación. Bildu por su parte tiene un acuerdo con ERC y es muy posible que coordinen sus posiciones
La negociación más compleja para la abstención será con Ciudadanos. Si como han manifestado en la campaña, quieren volver otra vez al centro, la abstención sería una buena forma de expresar su intención de desbloquear España y desmarcarse al mismo tiempo de las otras dos derechas. Pero Cs es un partido descabezado y en crisis, lleno de contradicciones que puede salir por cualquier lado.
La abstención de ERC y Cs sería una excelente noticia que podría aumentar la base del próximo gobierno, facilitar los futuros presupuestos y dar un paso adelante para empezar un proceso futuro de renegociación con Cataluña que podría dar sus frutos una vez que Torra y Puigdemont hayan desparecido del mapa político y se convoquen nuevas elecciones autonómicas en Cataluña.
Considerando que ERC y el PSC son los dos partidos dominantes en Cataluña y los Comunes tienen una influencia importante, podría pensarse de forma optimista en la posibilidad de reconstruir la convivencia y el consenso en Cataluña, apoyándose en un acuerdo trasversal entre estos grupos, que excluya el separatismo viscweral de JxCat.
El PSOE ha perdido 730.000 votos y 3 escaños mientras que UP ha perdido 600.000 y 7 escaños, como consecuencia del castigo que la ciudadanía ha dado a estos grupos por no haber sido capaces de llegar a un acuerdo de gobierno.
Las causas de la tarjeta roja a Cs son varias: la torpeza, la falta de coherencia, su apoyo vergonzante a la extrema derecha, su falta de política en Cataluña, donde llegó a ser primera fuerza en las últimas elecciones autonómicas, su odio visceral a Pedro Sanchez también, su actitud de bloqueo activo hasta que a última hora dio un nuevo bandazo manifestando de forma ambigua, su voluntad de contribuir al desbloqueo.
La tercera tarjeta amarilla se la han enseñado a ERC en Cataluña. La actitud positiva de G. Rufian en los intentos de conseguir la investidura de P. Sanchez, le ha llevado a perder 2 escaños y 145.000 votos equivalentes a dos puntos porcentuales. En este contexto el PDCAT, con posiciones mas intransigentes, mejora sus resultados y la CUP consigue 245.000 votos y entrar en Las Cortes con dos diputados.
Afortunadamente PSOE y UP se han apresurado a entender el mensaje ciudadano y en un tiempo récord de dos días, han firmado un pre-acuerdo de gobierno que supone importantes cesiones por las dos partes:
- El PSOE admite formar un gobierno de coalición
- UP admite que primero es el acuerdo programático y luego la composición del gobierno y que la solución de Cataluña pasa por respetar la constitución y las leyes vigentes, lo que implica la renuncia a referéndum y a procesos de autodeterminación.
Como sucedía en la legislatura anterior, el acuerdo del bloque de izquierdas solo suma 158 diputados por lo que necesita más apoyos para conseguir la investidura.
Entre los apoyos previsibles están los de los tres paridos regionales, PRC, BNG, Teruel existe, y Nueva Canarias y el PNV, en total 11 votos más que darían un total de 169.
Los noes claros son los de la derecha del P. Popular, la ultraderecha de Vox y Navarra suma, en total 142 y los de los separatistas catalanes radicales, JxCat y la CUP, en total 10. Esta alianza atípica, hace un total de 152 noes.
Para conseguir la investidura, los 29 diputados restantes tendrían que optar, al menos por la abstención, pero la abstención de estos grupos no es ni evidente ni fácil y hay que trabajarla con mucha prudencia.
La diputada de Coalición Canaria que se presentó con Nueva Canarias, que seguramente votará a favor, es posible que pueda adoptar la misma posición conjunta dependiendo de que se alcance un acuerdo positivo en la agenda canaria, pero en todo caso creo que iría a la abstención.
ERC ha manifestado en repetidas ocasiones su intención de no bloquear pero la complicada situación que tiene ahora Cataluña le pone en una situación muy difícil. Han pedido dialogo con el gobierno y no debería haber inconveniente si ERC excluye las peticiones de referéndum y autodeterminación, a cambio el PSOE seguramente tendría que aceptar negociar medidas sobre la situación de los políticos catalanes encarcelados. Unidos Podemos y el PNV podrían apoyar esa negociación. Bildu por su parte tiene un acuerdo con ERC y es muy posible que coordinen sus posiciones
La negociación más compleja para la abstención será con Ciudadanos. Si como han manifestado en la campaña, quieren volver otra vez al centro, la abstención sería una buena forma de expresar su intención de desbloquear España y desmarcarse al mismo tiempo de las otras dos derechas. Pero Cs es un partido descabezado y en crisis, lleno de contradicciones que puede salir por cualquier lado.
La abstención de ERC y Cs sería una excelente noticia que podría aumentar la base del próximo gobierno, facilitar los futuros presupuestos y dar un paso adelante para empezar un proceso futuro de renegociación con Cataluña que podría dar sus frutos una vez que Torra y Puigdemont hayan desparecido del mapa político y se convoquen nuevas elecciones autonómicas en Cataluña.
Considerando que ERC y el PSC son los dos partidos dominantes en Cataluña y los Comunes tienen una influencia importante, podría pensarse de forma optimista en la posibilidad de reconstruir la convivencia y el consenso en Cataluña, apoyándose en un acuerdo trasversal entre estos grupos, que excluya el separatismo viscweral de JxCat.
Tenemos a la vista un Gobierno de socialistas y comunistas. Esperemos que nos vaya bien. Cuesta pensar que ERC, j.por cat., bildu, etc. vayan a votar con Vox en la investidura. Si en Navidades los presos en casa, todo mejoraría.
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