El Partido Popular gobierna en Madrid desde 1995, son ya demasiados años de corrupción y mal gobierno, ha llegado el momento de decir basta.
Isabel Diaz Ayuso (IDA), que hasta ahora gobernaba Madrid en coalición con Ciudadanos y con apoyo de VOX, ha convocado elecciones anticipadas, aprovechando la debilidad de Cs y su posición favorable de las encuestas, intentando, al mismo tiempo, coger con el paso cambiado a los partidos de la izquierda. El pretexto ha sido la moción de censura de Murcia aunque hay otros datos que indican que la decisión estaba tomada anteriormente.
IDA intenta volver a la situación de confort que tenía el PP entre 2003 y 2011, época de Esperanza Aguirre, en la que obtenían resultados superiores al 50% sin necesidad de repartir los votos con otros partidos de derechas. A partir de 2015 con la aparición de Cs y VOX los votos de la derecha se han dividido al mismo tiempo que han disminuido hasta situarse en torno al 50%, por lo que el balance Derecha- Izquierda está muy equilibrado y los escaños están repartidos entre los tres grupos de cada sector.
Aunque Madrid tiene un fuerte electorado de derechas debido a su alta renta per cápita, y a ser la sede del gobierno de la nación, de las principales empresas españolas y de las delegaciones de muchas multinacionales, no se justifica el largo dominio de la derecha pues también hay muchos trabajadores industriales y de servicios que son votantes potenciales de la izquierda.
Las razones por la que los madrileños votan mayoritariamente al PP no son tampoco su eficacia y capacidad de gestión, que en estos años han tenido muchas insuficiencias y que, además, han estado complementados por un alto nivel de corrupción que ha terminado con el procesamiento de los dos últimos presidentes (González y Cifuentes). Las causas están en la mayor participación electoral de las derechas, que tiene muy claros sus intereses frente a una izquierda que tiene unos niveles de abstención muy altos, debido seguramente a la incapacidad de la izquierda en estos años de ofrecer una alternativa sólida y creíble, a la mayor desconfianza en las instituciones y a una menor cultura política,
El análisis de los datos estadísticos de los 145 barrios correspondientes a los 21 distritos de Madrid capital, indican claramente una mayor participación electoral en las zonas de mayor renta.
Hay muchos análisis que cuantifican este fenómeno. Aquí me he basado en una simulación partiendo de la hipótesis de una participación uniforme en las 3.561 mesas electorales, igual a la media de participación en el municipio madrileño (68,48%) en las elecciones autonómicas de 2019, el resultado obtenido es la movilización de aproximadamente 70.000 votos entre la izquierda y la derecha, distribuidos, de acuerdo con la regla D´hont entre los seis partidos con representación parlamentaria.
La traducción de estos resultados a escaños cambiaría el reparto actual de 68 a 64 a favor de la derecha, por un empate a 66. Si tenemos en cuenta que esta simulación corrige los resultados de todos los partidos y no solo los de izquierdas que es donde se focaliza la abstención y que el comportamiento del resto de municipios de la comunidad, que suponen casi la mitad del censo, sería con toda seguridad equivalente, se puede concluir que si los votantes progresistas hubieran tenido en 2019 el mismo comportamiento que los conservadores, la izquierda gobernaría en Madrid.
Para ganar Madrid para la izquierda es necesaria una fuerte movilización de los electores progresistas para la que hay que evitar los obstáculos que la derecha esta poniendo en el camino:
- Convocar en día laborable y en plena pandemia para favorecer la abstención.
- Coger a la izquierda con el pie cambiado. Para evitarlo se han reforzado las tres candidaturas, presentando incluso Unidas Podemos al vicepresidente del gobierno como cabeza de lista. De esta forma garantiza superar la barrera del 5 % y permite a los electores progresistas elegir la opción que prefieran, con la seguridad de que los tres grupos formaran gobierno.
- Aprovechar la debilidad de Ciudadanos para que no alcance el 5%.
También muchos medios de comunicación juegan un papel importante en la campaña de la derecha:
Afortunadamente el CIS ha publicado su propia encuesta con 4.000 entrevistas y unos datos de participación del 70%. Los resultados, aunque en la misma línea que las otras, dan un empate a 68 y no aseguran con tanta facilidad el triunfo inevitable de PP-Vox.
Otra contribución de los medios es la de los tertulianos "opinalotodo" de las tertulias que, salvo algunas contadas excepciones, se dividen entre los claramente de derechas y los equidistantes para los que todos los partidos son iguales y cualquier crítica que se haga al PP siempre tiene una correspondencia, aunque sea lejana en el tiempo o en intensidad, con algún "hecho similar" del PSOE.
La izquierda tiene que salir a votar el 4 de Mayo y para ello tiene que superar todos los obstáculos que se están poniendo para que nos quedemos en casa.
Aunque las derechas están muy seguras de ganar, no todo está perdido. Pensamos que la Izquierda aún tiene oportunidades de gobernar. Si C's llega la 5% es difícil pensar que va a ser tan masoquista como para votar a Díaz Ayuso. Y pudiera ser que Vox no llegase al 5%. Creo que aún hay partido.
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