En 2018 se produjeron algunas circunstancias específicas que explican el cambio de gobierno. Después de casi 40 años se habían producido algunos abusos de poder que pueden resumirse en una amplia utilización del clientelismo que alcanzó unos limites alarmantes y que acabó produciendo el procesamiento de muchos altos cargo de la junta, incluidos los presidentes Chaves y Griñán. La nueva presidenta S. Diaz siguió con el mismo modelo lo que provocó la protesta de muchos votantes socialistas, incluidos muchos militante, que hasta hicieron pública su intención de abstenerse. El resultado fue un incremento de la abstención en 400.000 votantes que coincide con los 400.000 votos que perdió el PSOE en relación con la convocatoria anterior.
El PP no ganó las elecciones de 2018; las perdió el PSA por sus errores y por el voto de castigo de muchos de sus afiliados.
Un año después, en las elecciones generales de 2019, se recuperaron esos 400.000 votos lo que confirma que el castigo era contra la gestión de Susana Diaz y no contra el PSOE. Después de cuatro años el PSA ha regenerado sus procedimientos y ha renovado sus equipos por lo que parece oportuno que todos aquellos votantes y militantes que expresaron su voto de castigo en 2018 vuelvan a depositar su confianza en el PSOE, como hicieron en las generales.
Si el PSOE recupera esos votos, el resultado sería muy distinto al que predicen los sondeos pues podrían suponer hasta 10 escaños adicionales lo que equilibraría los resultados del PP.
Esta situación explica también el interés del candidato popular en intentar que esos votos vayan a su formación porque, según ellos, "no pasa nada porque un socialista vote al PP" y de paso contribuya a parar a VOX.
En definitiva las elecciones todavía no están decididas y la terrible perspectiva de que VOX entre en gobierno andaluz viendo los planteamientos de su candidata y la actitud lamentable del vicepresidente de Castilla y León, deben ser motivos suficientes para impulsar un nuevo gobierno de progreso en Andalucía.
Me temo que los resultados en Andalucía no van a ser buenos. Una lástima, pues Espadas lo haría mucho mejor que Moreno Bonilla. Lo importante es que ni el PSOE, ni Unidas Podemos, ni Pedro Sánchez se depriman más de la cuenta. Me da miedo que Pedro Sánchez se ponga nervioso y en septiembre haga una crisis de gobierno. Cuando lo importante ahora es aprobar unos buenos presupuestos. Alguien le debería decir a Pedro Sánchez que "en tiempos de crisis no hay que hacer mudanza".
ResponderEliminarEl 19J ha supuesto un gran triunfo para el PP que ha superado todos los objetivos. Las razones de su triunfo están se guramente en haber capitalizado los resultados de una legislatura sin sobresaltos ni escándalos aunque sin grandes logros. Su socio de gobierno Cs se ha hundido a pesar de haber hecho un trabajo meritorio en el gobierno andaluz, el duro lastre que arrastra con la incompetencia y nulidad de sus dirigentes nacionales ha sido imposible de superar. La ultraderecha, con una candidata hiper fascista, se ha quedado muy fuera de sus expectativas y su papel seguramente será decorativo limitándose a hacer ruido de vez en cuando. Es la mejor noticia para la izquierda del resultado electoral.
ResponderEliminarEn cuanto al PSOE sigue perdiendo puntos en las elecciones autonómicas arrastrando todavía el efecto negativo de la gestión de su anterior equipo. Los electores no han recobrado la confianza en el PSA con un candidato renovado pero poco rodado que ha tenido poco tiempo. Hay que esperar que el rechazo al PSA se recupere antes de las municipales y no se contagie a todo el PSOE en la elecciones generales. En cuanto al resto de la izquierda su ruptura traumática en la legislatura anterior que provocó la inevitable presentación de dos candidaturas ha tenido efectos negativos y ha hipotecado, espero que de forma no definitiva, el proyecto político de Yolanda Diaz.
De las tres candidaturas de la España vaciada solo la de Jaen ha obtenido un resultado cercano a la obtención de un escaño.