La aparición de dos nuevos partidos, Podemos y Ciudadanos (C´s), que han irrumpido con fuerza en el panorama político español, ha dado lugar a variopintos análisis, elaborados por supuestos expertos, que, en muchos casos, son autenticas obviedades mientras que en otros se llega a conclusiones un tanto precipitadas y muy discutibles, pero que pueden influir de forma notoria en la opinión pública.
Parece bastante obvio que las razones fundamentales de la crisis de los partidos mayoritarios no son otras que la mala respuesta que los últimos gobiernos del PSOE y del PP, han dado a la crisis económica, y la aparición de múltiples casos de corrupción, ambas cosas han deteriorado la confianza en los partidos de gobierno y han hecho que una buena parte de la ciudadanía vuelva sus ojos a los partidos emergentes.
Tanto Podemos como C´s, han puesto el foco de sus propuestas en limpiar la vida pública de la corrupción, consiguiendo un notable éxito pues esas propuestas, en mayor o menor medida, han sido asumidas por todos los partidos y han dado lugar a algunas medidas sanitarias que tendrán que dar sus frutos en un futuro inmediato.
Sorprende que las dos principales victimas de Podemos y Ciudadanos hayan sido IU y UPyD, organizaciones que también hicieron de la lucha contra la corrupción su bandera fundamental. Solo la mala gestión de la dirección de IU, no sabiendo gestionar la OPA que les lanzó Podemos, con la inestimable colaboración de algunos miembros de la propia IU y el enroque absurdo de R. Diez en UPyD, negándose a cualquier acuerdo con C´s, pueden explicar que hayan perdido tantos puntos, cuando parecía que les llegaba su oportunidad. El desflecamiento posterior que se está dando en ambas organizaciones, no hace más que aumentar su crisis.
Una de las consecuencias que proclaman a bombo y platillo muchos de estos "analistos", es el fin del bipartidismo, término con el que quieren hacer un paralelismo con el sistema de turnos, entre los partidos conservador y liberal (Canovas y Sagasta), de la época de la restauración.
La diferencia entre estas dos situaciones es evidente, los partidos conservador y liberal de finales del siglo XIX, eran dos caras de la misma moneda, la burguesía, mientras que el PSOE y el PP han representado desde la transición, la izquierda y la derecha y basta para comprobarlo con repasar las actuaciones de uno y otro partido en los últimos cuarenta años.
Otros análisis pretenden que ya no tiene sentido hablar de izquierdas ni de derechas, pues estas concepciones han sido superadas por la historia. Quienes proclaman esto son, naturalmente, los miembros de la nueva derecha de C´s, en un alarde de originalidad pues la derecha tiene casi siempre mucha resistencia a reconocerse a si misma como tal.
Desde Podemos rechazan también la dialéctica izquierda-derecha y prefieren los términos abajo- arriba, siendo naturalmente ellos los únicos representantes de los de abajo, el pueblo, y el resto, supuestamente, los representantes de la casta superior. Este concepto, tan absolutista y poco democrático, no se corresponde con los resultados de la única referencia disponible, las elecciones de Andalucía, donde Podemos, aunque ha tenido un excelente resultado, no puede decir que represente a "todos los de abajo."
Podemos, a pesar de las piruetas circenses que hacen sus dirigentes para intentar convencer a los ciudadanos de que son un partido transversal, tiene, por el curriculum de sus dirigentes y de algunos de los colectivos que lo formaron y por muchas de sus propuestas, un origen de izquierda radical. De hecho sus afinidades ideológicas y organizativas con IU son notables.
Las propuestas políticas que está empezando a hacer C´s, como el "no derecho" a la sanidad de los inmigrantes, o su concepto de contrato laboral único, son propias de un partido de derechas.
La dialéctica izquierda-derecha se sigue manteniendo en este nuevo escenario político, con el único cambio, con matices, de Podemos por IU y C´s por UPyD.
Este escenario tendrá que consolidarse, pues el futuro de estos nuevos partidos está por ver y ya está próximo el momento de pasar de las proclamas a la realidad de las instituciones, y ahí no basta con la propaganda. Por otro lado, IU y UPyD están muy tocados, pero no hundidos y podrían recuperarse a medio plazo. El escenario político está muy líquido y puede evolucionar en muchas direcciones.
Parece bastante obvio que las razones fundamentales de la crisis de los partidos mayoritarios no son otras que la mala respuesta que los últimos gobiernos del PSOE y del PP, han dado a la crisis económica, y la aparición de múltiples casos de corrupción, ambas cosas han deteriorado la confianza en los partidos de gobierno y han hecho que una buena parte de la ciudadanía vuelva sus ojos a los partidos emergentes.
Tanto Podemos como C´s, han puesto el foco de sus propuestas en limpiar la vida pública de la corrupción, consiguiendo un notable éxito pues esas propuestas, en mayor o menor medida, han sido asumidas por todos los partidos y han dado lugar a algunas medidas sanitarias que tendrán que dar sus frutos en un futuro inmediato.
Sorprende que las dos principales victimas de Podemos y Ciudadanos hayan sido IU y UPyD, organizaciones que también hicieron de la lucha contra la corrupción su bandera fundamental. Solo la mala gestión de la dirección de IU, no sabiendo gestionar la OPA que les lanzó Podemos, con la inestimable colaboración de algunos miembros de la propia IU y el enroque absurdo de R. Diez en UPyD, negándose a cualquier acuerdo con C´s, pueden explicar que hayan perdido tantos puntos, cuando parecía que les llegaba su oportunidad. El desflecamiento posterior que se está dando en ambas organizaciones, no hace más que aumentar su crisis.
Una de las consecuencias que proclaman a bombo y platillo muchos de estos "analistos", es el fin del bipartidismo, término con el que quieren hacer un paralelismo con el sistema de turnos, entre los partidos conservador y liberal (Canovas y Sagasta), de la época de la restauración.
La diferencia entre estas dos situaciones es evidente, los partidos conservador y liberal de finales del siglo XIX, eran dos caras de la misma moneda, la burguesía, mientras que el PSOE y el PP han representado desde la transición, la izquierda y la derecha y basta para comprobarlo con repasar las actuaciones de uno y otro partido en los últimos cuarenta años.
Otros análisis pretenden que ya no tiene sentido hablar de izquierdas ni de derechas, pues estas concepciones han sido superadas por la historia. Quienes proclaman esto son, naturalmente, los miembros de la nueva derecha de C´s, en un alarde de originalidad pues la derecha tiene casi siempre mucha resistencia a reconocerse a si misma como tal.
Desde Podemos rechazan también la dialéctica izquierda-derecha y prefieren los términos abajo- arriba, siendo naturalmente ellos los únicos representantes de los de abajo, el pueblo, y el resto, supuestamente, los representantes de la casta superior. Este concepto, tan absolutista y poco democrático, no se corresponde con los resultados de la única referencia disponible, las elecciones de Andalucía, donde Podemos, aunque ha tenido un excelente resultado, no puede decir que represente a "todos los de abajo."
Podemos, a pesar de las piruetas circenses que hacen sus dirigentes para intentar convencer a los ciudadanos de que son un partido transversal, tiene, por el curriculum de sus dirigentes y de algunos de los colectivos que lo formaron y por muchas de sus propuestas, un origen de izquierda radical. De hecho sus afinidades ideológicas y organizativas con IU son notables.
Las propuestas políticas que está empezando a hacer C´s, como el "no derecho" a la sanidad de los inmigrantes, o su concepto de contrato laboral único, son propias de un partido de derechas.
La dialéctica izquierda-derecha se sigue manteniendo en este nuevo escenario político, con el único cambio, con matices, de Podemos por IU y C´s por UPyD.
Este escenario tendrá que consolidarse, pues el futuro de estos nuevos partidos está por ver y ya está próximo el momento de pasar de las proclamas a la realidad de las instituciones, y ahí no basta con la propaganda. Por otro lado, IU y UPyD están muy tocados, pero no hundidos y podrían recuperarse a medio plazo. El escenario político está muy líquido y puede evolucionar en muchas direcciones.