Como era previsible, las Elecciones Generales del 20D, han tenido un resultado de empate técnico, en términos de Izquierda (161) Derecha (163), que hace difícil la investidura de un presidente del gobierno.
Si tenemos en cuenta que los grupos nacionalistas han obtenido solo 24 escaños y que, de ellos, los dos grupos catalanes y declaradamente independentistas suman 17, solo quedarían como posibles aliados complementarios el PNV (6) y CC (1) que no tienen suficiente representación.
Descartada la investidura por mayoría absoluta, queda la mayoría simple que tendría que combinar apoyos explícitos y abstenciones de los cuatro grupos principales. A una posible investidura de Rajoy que solo Cs se ha apresurado a apoyar con la abstención, lo que es lógico, aunque insuficiente, en una fuerza de derechas, pero también es sorprendente porque ni siquiera ha planteado negociar un programa de gobierno. La bisoñez de A.Rivera probablemente esté en el origen de estos apoyos tan prematuros.
PSOE y Podemos han declarado su negativa a apoyar por acción u omisión (abstención) a Rajoy y al PP, como no podía ser de otro modo.
Las declaraciones de los lideres responden a lo que podía esperarse de cada uno de ellos:
Rajoy, en su línea, quiere un gobierno estable, yo y cualquier persona sensata también, pero habría que decir cual y como se construye.
Rajoy, en su línea, quiere un gobierno estable, yo y cualquier persona sensata también, pero habría que decir cual y como se construye.
Pedro Sánchez ha dicho lo justo, no se va a apoyar al PP y es a Rajoy a quien le toca tomar la iniciativa.
Rivera, además de precipitarse en su apoyo al PP, sigue en su línea de dar consejos al PSOE diciéndole lo que tiene que hacer.
Pablo Iglesias, que quería tomar el cielo y se ha quedado a medio camino colgado de una nube, sigue pontificando desde ella llenando papeles llenas de rayas rojas.
Habrá que esperar a que los emergentes aterricen en la realidad a ver si se dan cuenta de que la campaña ha terminado y son capaces de hacer propuestas de serias (como diría Rajoy).
La opción de la gran coalición (PP-PSOE), que tanto gustaba hace unos meses a la patronal y a algunos medios de comunicación, no tiene posibilidades debido a la gran distancia política que hay entre el PP y el PSOE, a pesar de la matraca continua que se ha dado con el bipartidismo.
¿Que salida queda para evitar unas elecciones a cortísimo plazo y caer en una situación parecida a la de Catalunya?
Existe una salida, aunque no es fácil de poner en marcha, pero, como decía Sherlock Holmes:
"Cuando todo aquello que es imposible ha sido eliminado, lo que quede, por muy improbable que parezca, es la verdad"
Se trata de una solución a la italiana, un gobierno técnico, que no esté presidido por el líder de un partido político, sino por una persona no afiliada a ninguno, que tenga un alto prestigio social y pueda reunir el consenso de los principales grupos.
El gobierno lo constituirían personas propuestas por el presidente y consensuadas con los partidos que le apoyen, que pueden venir de distintas instituciones: Universidad, Empresas, Sindicatos, Judicatura, etc, incluso de los partidos políticos siempre que no asuman el papel de comisarios políticos.
Tenemos ejemplos recientes en Europa como Mario Monti en Italia, en 2011 o Lukás Papadimos en Grecia en 2012, que han cumplido su papel de forma aceptable.
En cualquier hay plazo, hasta después de Navidad no se constituye el parlamento y hay otros puestos previos que nombrar que pueden dar alguna pista.
En cualquier hay plazo, hasta después de Navidad no se constituye el parlamento y hay otros puestos previos que nombrar que pueden dar alguna pista.