La negativa de Unidas Podemos (UP) a apoyar la candidatura de Pedro Sanchez (PS) ha frustrado el segundo intento de investidura. Es la segunda vez en tres años que UP se opone al nombramiento de un gobierno de izquierdas.
A partir del fallo de la investidura, casi todos los profesionales de la opinión mediática se están dedicando, manejando los tópicos habituales, a repartir culpas de forma equidistante entre PSOE y UP, lo que supone un cierto cambio pues, hasta este momento, la mayoría de culpas recaían en el PSOE, que se negaba al "lógico" acuerdo de coalición que proponía UP. La publicación de las propuestas intercambiadas entre PSOE y UP, puso negro sobre blanco la realidad de la negociación.
En síntesis, el PSOE ha ido modulando sus propuetas sucesivamente, hasta llegar a proponer un gobierno de coalición en el que se cedian a UP tres ministerios y una vicepresidencia. UP, por su parte se ha mantenido desde el principio en una petición de máximos que suponía de facto un intento de construir un segundo gobierno Podemita incrustrado dentro del gobierno de España.
La renuncia de P.Iglesias a formar parte del gobierno fue un mero movimiento táctico, pues enseguida se constató que el aspirante a virrey del gobierno había sido sustituido por una aspirante a virreina mientras se mantenía el intento de montar el subgobierno troyano, contolando una buena parte de las competencias y de los recursos presupuestarios.
Fracasado el intento de control del gobierno, por otro lado bastante ingenuo pues es poco realista pensar que el PSOE cayera en una trampa de esas características, a UP no le quedaba más alternativa que aceptar la oferta de tres ministerios y una vicepresidencia que le permitiría demostrar su capacidad de gestión, obtener visibilidad y ganar tiempo para recomponer su organización que ha quedado bastante dañada. Lejos de aceptar la propuesta han mantenido su posición, probablemente debido en buena parte a la ambición y la prepotencia de PI y a la rigidez de un equipo negociador que no ha estado a la altura de las circunstancias en ningún momento.
La postura adoptada por UP le está ya empezando a pasar factura dentro de sus propias filas. IU por un lado y el sector anticapitalista, que nunca ha querido una coalición de gobierno, por otro están empezano a plantear la conveniencia de plantear una negociación programática con el PSOE que permita el poyo a P. Sanchez aunque no haya gobierno de coalición.
Si el conjunto de UP aceptara esta tesis, sería posible alcanzar un acuerdo antes del 23 de septiembre aunque, para conseguirlo sería casi imprescindible que UP cambiase su equipo negociador que ha demostrado tener muy poca cintura.
Apesar de sus dificultades esta opción es casi la única posible para evitar elecciones anticipadas pues la vía de pedir la abstención de PP o Cs que está intentando el gobierno no parece muy posible ni tampoco deseable por la confusión que provoca entre izquierda y derecha y si se trata de un movimiento táctico, creo que el obetivo de que la derecha se vea ante sus contradicciones ya está cumplido.
Después de la investidura fallida el PSOE ha vuelto a su formula inicial de gobierno a la portuguesa con comisiones de seguimiento. A esta propuesta sugeriría añadir el compromiso de presentar una moción de confianza en el plazo de unos meses o un año.
Un último comentario sobre algunos aspectos del pleno de investidura. Además del duro enfrentamiento entre PSOE y UP hay que destacar en el lado negativo la tabernaria intervención del lider e Cs, cada día más perdido mientras el PP se comportaba como era de esperara y sin ninguna intención de abstenerse en la investdura.
Hay que destacar tambien la actitud positiva del PNV, PRC y Compromis, que ya se esperaban, y la de ERC y EH Bildu más inesperada, que tuvieron una intervención muy de izquierdas y de auténticos partidos de Estado, criticando a PSOE y UP su incapacidad para llegar a un acuerdo, desperdiciando na oportunidad úmica. Tal vez haya llegado el momento de empezar a retirarles la cuarentena a estos dos partidos independentistas.
En síntesis, el PSOE ha ido modulando sus propuetas sucesivamente, hasta llegar a proponer un gobierno de coalición en el que se cedian a UP tres ministerios y una vicepresidencia. UP, por su parte se ha mantenido desde el principio en una petición de máximos que suponía de facto un intento de construir un segundo gobierno Podemita incrustrado dentro del gobierno de España.
La renuncia de P.Iglesias a formar parte del gobierno fue un mero movimiento táctico, pues enseguida se constató que el aspirante a virrey del gobierno había sido sustituido por una aspirante a virreina mientras se mantenía el intento de montar el subgobierno troyano, contolando una buena parte de las competencias y de los recursos presupuestarios.
Fracasado el intento de control del gobierno, por otro lado bastante ingenuo pues es poco realista pensar que el PSOE cayera en una trampa de esas características, a UP no le quedaba más alternativa que aceptar la oferta de tres ministerios y una vicepresidencia que le permitiría demostrar su capacidad de gestión, obtener visibilidad y ganar tiempo para recomponer su organización que ha quedado bastante dañada. Lejos de aceptar la propuesta han mantenido su posición, probablemente debido en buena parte a la ambición y la prepotencia de PI y a la rigidez de un equipo negociador que no ha estado a la altura de las circunstancias en ningún momento.
La postura adoptada por UP le está ya empezando a pasar factura dentro de sus propias filas. IU por un lado y el sector anticapitalista, que nunca ha querido una coalición de gobierno, por otro están empezano a plantear la conveniencia de plantear una negociación programática con el PSOE que permita el poyo a P. Sanchez aunque no haya gobierno de coalición.
Si el conjunto de UP aceptara esta tesis, sería posible alcanzar un acuerdo antes del 23 de septiembre aunque, para conseguirlo sería casi imprescindible que UP cambiase su equipo negociador que ha demostrado tener muy poca cintura.
Apesar de sus dificultades esta opción es casi la única posible para evitar elecciones anticipadas pues la vía de pedir la abstención de PP o Cs que está intentando el gobierno no parece muy posible ni tampoco deseable por la confusión que provoca entre izquierda y derecha y si se trata de un movimiento táctico, creo que el obetivo de que la derecha se vea ante sus contradicciones ya está cumplido.
Después de la investidura fallida el PSOE ha vuelto a su formula inicial de gobierno a la portuguesa con comisiones de seguimiento. A esta propuesta sugeriría añadir el compromiso de presentar una moción de confianza en el plazo de unos meses o un año.
Un último comentario sobre algunos aspectos del pleno de investidura. Además del duro enfrentamiento entre PSOE y UP hay que destacar en el lado negativo la tabernaria intervención del lider e Cs, cada día más perdido mientras el PP se comportaba como era de esperara y sin ninguna intención de abstenerse en la investdura.
Hay que destacar tambien la actitud positiva del PNV, PRC y Compromis, que ya se esperaban, y la de ERC y EH Bildu más inesperada, que tuvieron una intervención muy de izquierdas y de auténticos partidos de Estado, criticando a PSOE y UP su incapacidad para llegar a un acuerdo, desperdiciando na oportunidad úmica. Tal vez haya llegado el momento de empezar a retirarles la cuarentena a estos dos partidos independentistas.