Una de las principales banderas de Ciudadanos (Cs) desde que se fundó, fue luchar por la regeneración y combatir la corrupción y el enchufismo, y en esa línea, hay que reconocer que consiguió algunos éxitos al condicionar su apoyo al PP, en algunas instituciones, a la dimisión de algunos representantes populares implicados en temas de corrupción.
En el ámbito del poder judicial, incluyendo los órganos administrativos y de gestión de la justicia que ellos asimilan sin pudor al poder judicial, se han manifestado siempre muy críticos defendiendo unas posiciones muy inflexibles, pues según ellos, la justicia está politizada en exceso y su independencia muy limitada. Una de las actuaciones mas sobresalientes en esta línea ha sido el "rasgado de vestiduras" del portavoz de Justicia de Cs, E.Bal, en el nombramiento de Dolores Delgado como Fiscal General del Estado
En el ámbito del poder judicial, incluyendo los órganos administrativos y de gestión de la justicia que ellos asimilan sin pudor al poder judicial, se han manifestado siempre muy críticos defendiendo unas posiciones muy inflexibles, pues según ellos, la justicia está politizada en exceso y su independencia muy limitada. Una de las actuaciones mas sobresalientes en esta línea ha sido el "rasgado de vestiduras" del portavoz de Justicia de Cs, E.Bal, en el nombramiento de Dolores Delgado como Fiscal General del Estado
Choca estas posiciones tan puritanas con el descubrimiento que ha publicado el diario punto es, seguramente derivado de algún chivatazo, de la existencia de un topo de Cs infiltrado en la Junta Electoral Central (JEC). Este infiltrado, asesor jurídico a sueldo de su grupo parlamentario, miembro de su gestora y con despacho en el Congreso de los diputados, preparaba las denuncias en nombre de Cs y luego participaba en su resolución como miembro de la JEC.
La JEC está compuesta por trece miembros de los que ocho son magistrados elegidos por sorteo y los otros cinco vocales catedráticos de Derecho, Ciencias Políticas o Sociología, nombrados por el Congreso a propuesta de los grupos parlamentarios.
Sorprendentemente, el infiltrado de Cs Andrés Betancort, miembro del grupo de catedráticos, pasó el tramite de la comisión de justicia del Congreso sin que los proponentes de Cs manifestaran su relación laboral con ellos y, lo que es más sorprendente aún, sin que ningun representante del PSOE, Unidos Podemos, ERC o Junts per Catalunya, expresara ningun recelo a su nombramiento.
Las mentiras u omisiones de Ciudadanos ya no sorprenden, pero la falta de prudencia de los otros grupos revela una increíble dejación de funciones, especialmente por los diputados nacionalistas catalanes, pues este personaje que apoyó en su momento la inhabilitación del president Torra es catedrático en una universidad catalana.
Tal vez fuese conveniente endurecer las incompatibilidades en estos nombramientos, pero la falta de actuación de los diputados de los demás grupos políticos merecería ser sancionada por dejación de sus funciones.
Por supuesto, los pocos representantes de Cs que han ofrecido una opinión sobre este asunto, han manifestado, echándole la cara dura que en ellos ya es costumbre, a que todo es legal, faltaría más.