Cinco años y medio después del cese definitivo de la lucha armada, ETA ha dado un paso más completando el proceso de entrega de armas, con lo que se convierte en una organización desarmada.
Los mediadores internacionales han localizado los ocho zulos situados en el pirineo vasco francés, en los que ETA tenía almacenadas 120 armas de fuego, 3.000 kilos de explosivos y un total aproximado de 25.000 elementos, entre municiones, detonadores y otros dispositivos.
Este nuevo paso dado por la organización vasca ha vuelto a chocar, al menos aparentemente, con el enroque sistemático del gobierno del PP y sus aliados de Cs, que siguen en la misma posición de inmovilismo de hace tres años, de no valorar ni favorecer estos movimientos, que son pasos decisivos para alcanzar el final del terrorismo en España.
Las críticas a la puesta en escena que ha utilizado ETA para esta entrega, son sencillamente ridículas. ETA siempre ha sabido manejar de forma eficiente la propaganda y esta vez no ha sido una excepción. Pretender que hagan las cosas sin publicidad y de la forma que le gustaría al gobierno, es de una ingenuidad incomprensible, casi infantil. ETA ha perdido todas las batallas, lo urgente es cerrar completamente este capítulo negro de nuestra historia, sin fijarse en detalles secundarios.
El apoyo y la solidaridad con las victimas tiene que ser compatible con la aplicación de medidas políticas que favorezcan estos movimientos. Estas medidas no son otras que acabar con la dispersión de los presos etarras, acercándolos a prisiones próximas al País Vasco. Cinco años después del cese de actividades y consumado el desarme, no tiene ningún sentido mantener la dispersión que castiga tanto a los reclusos como, y sobre todo, a sus familiares y amigos que tienen que recorrer grandes distancias para visitarlos.
La disolución efectiva de ETA es solo cuestión de tiempo y se hará formalmente o por la vía de los hechos, al no ser necesario mantener una estructura formal en un grupo que ya no tiene actividad.
Hay que considerar que el final de ETA ya ha llegado, a pesar de las trabas que el gobierno del PP está poniendo, y solo quedan por resolver los últimos flecos que deben solucionarse cuanto antes.
Hay que esperar, que el previsible apoyo del PNV a los presupuestos del PP tenga como contrapartida, de forma abierta o discreta, medidas de acercamiento de presos y, posteriormente, transferencia de competencias penitenciarias al gobierno vasco.
Hay que cerrar completamente el capitulo del terrorismo en España, como se ha hecho en otros lugares, Colombia o Irlanda, con situaciones incluso más difíciles que las españolas.
Este nuevo paso dado por la organización vasca ha vuelto a chocar, al menos aparentemente, con el enroque sistemático del gobierno del PP y sus aliados de Cs, que siguen en la misma posición de inmovilismo de hace tres años, de no valorar ni favorecer estos movimientos, que son pasos decisivos para alcanzar el final del terrorismo en España.
Las críticas a la puesta en escena que ha utilizado ETA para esta entrega, son sencillamente ridículas. ETA siempre ha sabido manejar de forma eficiente la propaganda y esta vez no ha sido una excepción. Pretender que hagan las cosas sin publicidad y de la forma que le gustaría al gobierno, es de una ingenuidad incomprensible, casi infantil. ETA ha perdido todas las batallas, lo urgente es cerrar completamente este capítulo negro de nuestra historia, sin fijarse en detalles secundarios.
El apoyo y la solidaridad con las victimas tiene que ser compatible con la aplicación de medidas políticas que favorezcan estos movimientos. Estas medidas no son otras que acabar con la dispersión de los presos etarras, acercándolos a prisiones próximas al País Vasco. Cinco años después del cese de actividades y consumado el desarme, no tiene ningún sentido mantener la dispersión que castiga tanto a los reclusos como, y sobre todo, a sus familiares y amigos que tienen que recorrer grandes distancias para visitarlos.
La disolución efectiva de ETA es solo cuestión de tiempo y se hará formalmente o por la vía de los hechos, al no ser necesario mantener una estructura formal en un grupo que ya no tiene actividad.
Hay que considerar que el final de ETA ya ha llegado, a pesar de las trabas que el gobierno del PP está poniendo, y solo quedan por resolver los últimos flecos que deben solucionarse cuanto antes.
Hay que esperar, que el previsible apoyo del PNV a los presupuestos del PP tenga como contrapartida, de forma abierta o discreta, medidas de acercamiento de presos y, posteriormente, transferencia de competencias penitenciarias al gobierno vasco.
Hay que cerrar completamente el capitulo del terrorismo en España, como se ha hecho en otros lugares, Colombia o Irlanda, con situaciones incluso más difíciles que las españolas.
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