Los trabajadores que controlan el acceso de los viajeros a las zonas de embarque del aeropuerto del Prat, se han declarado en huelga, provocando grandes colas de viajeros en plena época de inicio de vacaciones.
La huelga es la consecuencia lógica de una situación laboral que se está generalizando en España, caracterizada por largas jornadas laborales, escasez de personal y bajas retribuciones.
Una huelga de estas características podría haberse producido en cualquier otro sector, pues la precariedad está cada día mas generalizada en España, pero el transporte aereo, por sus características de servicio básico y crítico en esta época de vacaciones, es idóneo para plantear un conflicto de estas dimensiones.
Los representantes sindicales de Eulen, la empresa que gestiona el servicio, han acertado tanto en el momento de convocar la huelga, como en las formas de presión gradual que están ejerciendo: Una primera fase de paros de cuatro horas en horas y días alternos, estrategia que desgasta menos a los trabajadores y ha producido un deterioro progresivo del servicio, muy eficaz desde el punto de vista sindical.
Las negociaciones han sido duras, incluyendo la mediación de la Generalitat que, aunque ha mejorado sustancialmente la oferta inicial de la empresa, no ha conseguido ningun resultado positivo, pues ha sido rechazada por dos veces por los trabajadores.
El gobierno ha quedado totalmente descolocado pues ha utilizado a la Guardia Civil para sustituir a los huelguistas y ha tenido la osadía de cuestionar las decisiones de la asamblea, forzando con amenazas la segunda votación para finalmente promover un laudo obligatorio, medida totalmente excepcional, que tardará varios días en sustanciarse.
Los trabajadores han mantenido su posición y no se han dejado dominar por las presiones y amenazas del gobierno. El conflicto sigue abierto y entra en una fase mucho más dura con huelga total, en la que se han promulgado unos servicios mínimos abusivos del 90%.
Además, el gobierno ha decidido reforzar, por razones de seguridad, los efectivos de la Guardia Civil, que se están utilizando también para ocupar los puestos de trabajo de los trabajadores en huelga.
Otros elementos, muy estrechamente relacionados con la desregulación laboral, son los pliegos de condiciones que se utilizan en casi todos los concursos públicos de adjudicación de servicios. Son pliegos que salen muy bajos y priman mucho las bajadas de precio de las ofertas con lo que, como ocurre en este caso, el adjudicatario oferta un número inferior de trabajadores y además, con salarios muy bajos.
La huelga del Prat puede representar un punto de inflexión en la actitud pasiva y resignada que han mantenido los trabajadores en España en los últimos tiempos y puede ser un anticipo de un otoño caliente. Para empezar, es previsible que los controladores de acceso de viajeros de los otros 47 aeropuertos españoles tomen buena nota y actúen en consecuencia. En 21 de estos aeropuertos, Eulen es también el contaratista mientras que en otros 17 el adjudicatario es Prosegur.
De forma indirecta, han aparecido en este conflicto algunas otras cuestiones de interés, como el ridículo oportunismo de algunos grupos independentistas, que han aprovechado esta huelga para repartir propagana
da en la que afirman que con una Cataluña independiente no habría conflictos laborales de estas características.
Otro tema colateral que ha aflorado ha sido la declaración de la AUGC, sindicato de la Guardia Civil, en el sentido de, aparte de otras consideraciones, dudar de las posibilidades de la Guardia Civil de hacerse cargo del servicio por la falta de recursos personales de este cuerpo. La Guardia Civil ha perdido 20.000 efectivos en los últimos años como consecuen de la no reposición de las vacantes producidas por razones naturales.
Las reducciones de funcionarios afectan a todos los cuerpos de la Administración, sean docentes, sanitarios, administrativos o miembros de los cuerpos de seguridad.
Las restricciones presupuestarias en materia de personal ponen en riesgo, por falta de recursos personales, el funcionamiento normal de la Administracion Pública.
La huelga es la consecuencia lógica de una situación laboral que se está generalizando en España, caracterizada por largas jornadas laborales, escasez de personal y bajas retribuciones.
Una huelga de estas características podría haberse producido en cualquier otro sector, pues la precariedad está cada día mas generalizada en España, pero el transporte aereo, por sus características de servicio básico y crítico en esta época de vacaciones, es idóneo para plantear un conflicto de estas dimensiones.
Los representantes sindicales de Eulen, la empresa que gestiona el servicio, han acertado tanto en el momento de convocar la huelga, como en las formas de presión gradual que están ejerciendo: Una primera fase de paros de cuatro horas en horas y días alternos, estrategia que desgasta menos a los trabajadores y ha producido un deterioro progresivo del servicio, muy eficaz desde el punto de vista sindical.
Las negociaciones han sido duras, incluyendo la mediación de la Generalitat que, aunque ha mejorado sustancialmente la oferta inicial de la empresa, no ha conseguido ningun resultado positivo, pues ha sido rechazada por dos veces por los trabajadores.
El gobierno ha quedado totalmente descolocado pues ha utilizado a la Guardia Civil para sustituir a los huelguistas y ha tenido la osadía de cuestionar las decisiones de la asamblea, forzando con amenazas la segunda votación para finalmente promover un laudo obligatorio, medida totalmente excepcional, que tardará varios días en sustanciarse.
Los trabajadores han mantenido su posición y no se han dejado dominar por las presiones y amenazas del gobierno. El conflicto sigue abierto y entra en una fase mucho más dura con huelga total, en la que se han promulgado unos servicios mínimos abusivos del 90%.
Además, el gobierno ha decidido reforzar, por razones de seguridad, los efectivos de la Guardia Civil, que se están utilizando también para ocupar los puestos de trabajo de los trabajadores en huelga.
Otros elementos, muy estrechamente relacionados con la desregulación laboral, son los pliegos de condiciones que se utilizan en casi todos los concursos públicos de adjudicación de servicios. Son pliegos que salen muy bajos y priman mucho las bajadas de precio de las ofertas con lo que, como ocurre en este caso, el adjudicatario oferta un número inferior de trabajadores y además, con salarios muy bajos.
La huelga del Prat puede representar un punto de inflexión en la actitud pasiva y resignada que han mantenido los trabajadores en España en los últimos tiempos y puede ser un anticipo de un otoño caliente. Para empezar, es previsible que los controladores de acceso de viajeros de los otros 47 aeropuertos españoles tomen buena nota y actúen en consecuencia. En 21 de estos aeropuertos, Eulen es también el contaratista mientras que en otros 17 el adjudicatario es Prosegur.
De forma indirecta, han aparecido en este conflicto algunas otras cuestiones de interés, como el ridículo oportunismo de algunos grupos independentistas, que han aprovechado esta huelga para repartir propagana
da en la que afirman que con una Cataluña independiente no habría conflictos laborales de estas características.
Otro tema colateral que ha aflorado ha sido la declaración de la AUGC, sindicato de la Guardia Civil, en el sentido de, aparte de otras consideraciones, dudar de las posibilidades de la Guardia Civil de hacerse cargo del servicio por la falta de recursos personales de este cuerpo. La Guardia Civil ha perdido 20.000 efectivos en los últimos años como consecuen de la no reposición de las vacantes producidas por razones naturales.
Las reducciones de funcionarios afectan a todos los cuerpos de la Administración, sean docentes, sanitarios, administrativos o miembros de los cuerpos de seguridad.
Las restricciones presupuestarias en materia de personal ponen en riesgo, por falta de recursos personales, el funcionamiento normal de la Administracion Pública.
