El primero de Octubre del pasado año, Pedro Sánchez (PS) fue forzado a dimitir de la Secretaría General del PSOE, pocos días después dejó su acta de diputado para no tener que apoyar la investidura de Rajoy. A partir de ese momento, PS, que ya había adquirido un gran prestigio desde la constitución del parlamento, se convirtió en un símbolo indiscutible de la coherencia y en la gran esperanza de la izquierda en España.
Todos los indicadores disponibles avalan esta tesis. Empezando, en primer lugar, por la recogida de firmas pidiendo que se adelantase el Congreso extraordinario, que se inició por una iniciativa de dos compañeras gallegas y se extendió en poco tiempo por toda España como un reguero de pólvora. Aunque los errores de organización y de improvisación, asociados a la espontaneidad de esta iniciativa, no permitieron que llegase a buen término, lo cierto es que en pocas semanas se recogieron decenas de miles de firmas pidiendo el adelantamiento del Congreso.
Otro indicador significativo es el dominio aplastante de PS en todo tipo de encuestas y sondeos que preguntan por el liderazgo del PSOE. En todas gana Pedro, excepto cuando se recoge también la opinión de los votantes de otros partidos, entonces Susana domina en las preferencias de los votantes de Cs y del PP.
Probablemente, el indicador más relevante es el de la asistencia a los actos públicos convocados por PS o los miembros de su equipo. En todos los casos, desde las primeras convocatorias en Xirivella (Valencia) o El Entrego (Asturias), anteriores a la oficialización de su candidatura, hasta las últimas, celebradas en diversas regiones del Estado, incluida Andalucía, se han desbordado los aforos y se ha quedado gente sin poder asistir.
El último indicador disponible es el de las aportaciones a la recogida de fondos para financiar la campaña, crowdfunding. En pocos días ha desbordado también todos los pronósticos y lleva recaudado más de 60.000 €.
Hay un segundo candidato, Patxi López (PL), que fue el primero en presentarse, intentando levantar la bandera de la renovación al mismo tiempo que la de la aceptación por el aparato. Esta postura contradictoria y un tanto oportunista, ha tenido poco éxito, sus actos públicos tienen muy poca asistencia y su intentó de tercera vía solo está sirviendo para dividir el voto de la regeneración socialista. Si PL cree realmente en la regeneración y no forma parte de ninguna operación para dividir el voto, como piensan muchos compañeros tendría que retirarse y ofrecer su apoyo a PS.
Por último, parece que Susana Díaz se ha decidido y el día 26 presentará su candidatura, seguramente a bombo y platillo y con el apoyo de buena parte del aparato orgánico socialista y la mayoría de la prensa oficial y la TV. Veremos si además de las fanfarrias, que hay que darlas por descontadas, tiene alguna propuesta novedosa que ofrecer a los militantes y a los ciudadanos, más allá de su voluntarismo vacuo habitual.
Hay un segundo candidato, Patxi López (PL), que fue el primero en presentarse, intentando levantar la bandera de la renovación al mismo tiempo que la de la aceptación por el aparato. Esta postura contradictoria y un tanto oportunista, ha tenido poco éxito, sus actos públicos tienen muy poca asistencia y su intentó de tercera vía solo está sirviendo para dividir el voto de la regeneración socialista. Si PL cree realmente en la regeneración y no forma parte de ninguna operación para dividir el voto, como piensan muchos compañeros tendría que retirarse y ofrecer su apoyo a PS.
Por último, parece que Susana Díaz se ha decidido y el día 26 presentará su candidatura, seguramente a bombo y platillo y con el apoyo de buena parte del aparato orgánico socialista y la mayoría de la prensa oficial y la TV. Veremos si además de las fanfarrias, que hay que darlas por descontadas, tiene alguna propuesta novedosa que ofrecer a los militantes y a los ciudadanos, más allá de su voluntarismo vacuo habitual.