El PP ha defendido durante muchos años que sus métodos de elección eran tanto o más democráticos que las elecciones primarias que hacían otros partidos, ahora, el PP ha cambiado de criterio y ha convocado elecciones primarias para elegir al sucesor de Mariano Rajoy.
Hay que dar la bienvenida al PP a la participación democrática de sus militantes, aunque la convocatoria les haya quedado un tanto descafeinada.
Descafeinada por un lado, por el censo efectivo, que ha quedado reducido a poco más de 66.000 afiliados, después de limitarlo a los que están al corriente de pago, la tercera parte de los socialistas que votaron a Pedro Sanchez, cuando el PP presumía de tener más de 800.000 afiliados.
Por otro lado el procedimiento a doble vuelta muestra cierta desconfianza en la militancia, pues la segunda vuelta, la decisiva, queda reservada a los compromisarios elegidos para el congreso.
Las primarias populares parecían orientadas a ungir un nuevo lider en olor de multitudes y el presidente de Galicia tenía todas las papeletas, cuando Nuñez Feijó decidió no presentarse, por razones no suficientemente aclaradas, otros aspirantes entraron en la carrera sucesoria, tres con posibilidades y otros tres de relleno.
En primera instancia, las dos favoritas eran la ex-vicepresidenta del gobierno, Soraya Sanz de Santamaria (SSS) y la Secretaria General, Mª Dolores de Cospedal (MDC) a las que habia que añadir un candidato outsider, Pablo Casado (PC) uno de los cuatro jóvenes vicesecretarios nombrados hace unos meses para rejuvenecer la imagen del partido.
SSS y MDC representan, a pesar de la rivalidad personal existente entre ellas, la continuidad de las políticas de Rajoy pues ambas le han acompañado durante toda su época de gobierno.
PC por su parte representa una renovación generacional pero, al mismo tiempo, una regresión a la derecha, a juzgar por algunas de sus declaraciones y por los apoyos que tiene de forma más o menos explicita: J.Mª Aznar y Esperanza Aguirre, entre otros.
El resultado de la primera fase de las primarias puede interpretarse como una victoria relativa de los partidarios de Rajoy (37%+26%) frente al 34% de los partidarios de Casado-Aznar. Dentro del sector Rajoy la victoria de SSS ha sido incontestable. Para la segunda vuelta, lo más lógico sería que se sumasen los partidarios de SSS con los de MDC, pues las diferencias personales que puedan existir entre ellas no tienen porque transmitirse a los compromisarios, y las dos candidatas han sido las personas de confianza de M.Rajoy en el gobierno y en el partido.
El debate sobre si conviene o no integrarse en una sola lista o mantener las dos, o sobre la conveniencia o no de mantener un debate entre los dos candidatos, parece más una discusión mediática que otra cosa.
La dirección del PP, como cualquier otra dirección política, no quiere apoyar actuaciones, debate o doble lista, que visualicen la división interna del partido mientras que la opción minoritaria (PC) prefiere, por el contrario, que se visibilice su fuerza.
Son meros aspectos tácticos que, después del Congreso, suelen tener poco valor. Haciendo un símil futbolístico, lo que queda es que España fue eliminada del mundial, si lo fue por penaltis o por una derrota contundente, es un dato que pierde importancia con el tiempo.
Un hecho sorprendente en este proceso es la práctica desaparición de M.Rajoy que, después de convocar el Congreso dimitió como diputado y se retiró a Sta. Pola, sin que se haya sabido nada más de él. La interpretación de esta ausencia es un misterio que no tiene respuesta, por el momento.
En cualquier caso, sea cual sea el resultado del Congreso, el PP tendrá que empezar una nueva etapa desde la oposición con un liderazgo nuevo que tardará algún tiempo en consolidarse.
Hay que dar la bienvenida al PP a la participación democrática de sus militantes, aunque la convocatoria les haya quedado un tanto descafeinada.
Descafeinada por un lado, por el censo efectivo, que ha quedado reducido a poco más de 66.000 afiliados, después de limitarlo a los que están al corriente de pago, la tercera parte de los socialistas que votaron a Pedro Sanchez, cuando el PP presumía de tener más de 800.000 afiliados.
Por otro lado el procedimiento a doble vuelta muestra cierta desconfianza en la militancia, pues la segunda vuelta, la decisiva, queda reservada a los compromisarios elegidos para el congreso.
Las primarias populares parecían orientadas a ungir un nuevo lider en olor de multitudes y el presidente de Galicia tenía todas las papeletas, cuando Nuñez Feijó decidió no presentarse, por razones no suficientemente aclaradas, otros aspirantes entraron en la carrera sucesoria, tres con posibilidades y otros tres de relleno.
En primera instancia, las dos favoritas eran la ex-vicepresidenta del gobierno, Soraya Sanz de Santamaria (SSS) y la Secretaria General, Mª Dolores de Cospedal (MDC) a las que habia que añadir un candidato outsider, Pablo Casado (PC) uno de los cuatro jóvenes vicesecretarios nombrados hace unos meses para rejuvenecer la imagen del partido.
SSS y MDC representan, a pesar de la rivalidad personal existente entre ellas, la continuidad de las políticas de Rajoy pues ambas le han acompañado durante toda su época de gobierno.
PC por su parte representa una renovación generacional pero, al mismo tiempo, una regresión a la derecha, a juzgar por algunas de sus declaraciones y por los apoyos que tiene de forma más o menos explicita: J.Mª Aznar y Esperanza Aguirre, entre otros.
El resultado de la primera fase de las primarias puede interpretarse como una victoria relativa de los partidarios de Rajoy (37%+26%) frente al 34% de los partidarios de Casado-Aznar. Dentro del sector Rajoy la victoria de SSS ha sido incontestable. Para la segunda vuelta, lo más lógico sería que se sumasen los partidarios de SSS con los de MDC, pues las diferencias personales que puedan existir entre ellas no tienen porque transmitirse a los compromisarios, y las dos candidatas han sido las personas de confianza de M.Rajoy en el gobierno y en el partido.
El debate sobre si conviene o no integrarse en una sola lista o mantener las dos, o sobre la conveniencia o no de mantener un debate entre los dos candidatos, parece más una discusión mediática que otra cosa.
La dirección del PP, como cualquier otra dirección política, no quiere apoyar actuaciones, debate o doble lista, que visualicen la división interna del partido mientras que la opción minoritaria (PC) prefiere, por el contrario, que se visibilice su fuerza.
Son meros aspectos tácticos que, después del Congreso, suelen tener poco valor. Haciendo un símil futbolístico, lo que queda es que España fue eliminada del mundial, si lo fue por penaltis o por una derrota contundente, es un dato que pierde importancia con el tiempo.
Un hecho sorprendente en este proceso es la práctica desaparición de M.Rajoy que, después de convocar el Congreso dimitió como diputado y se retiró a Sta. Pola, sin que se haya sabido nada más de él. La interpretación de esta ausencia es un misterio que no tiene respuesta, por el momento.
En cualquier caso, sea cual sea el resultado del Congreso, el PP tendrá que empezar una nueva etapa desde la oposición con un liderazgo nuevo que tardará algún tiempo en consolidarse.