Blog de Alfredo20032

Comentarios, desde la izquierda, de la actualidad política y social, con referencias esporádicas a otros temas más o menos relacionados.




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18 junio 2018

Aquarius

El gesto del gobierno socialista de ofrecer el puerto de Valencia para recoger a los 629 migrantes rechazados por las autoridades  italianas, representa un giro importante en la política migratoria que contrasta con las posiciones antisolidaria del anterior gobierno del PP y de algunos otros gobiernos europeos.

Al gesto de recibir al Aquarius, se suma los anuncios de retirar las concertinas de las fronteras de Ceuta y Melilla y el de devolver la tarjeta sanitaria que retiró el gobierno de Rajoy, a todos los "sin papeles" que hay en España.

Este primer gesto ha tenido ya algunas consecuencias positivas, Francia  ha hecho una oferta al gobierno español para acoger una parte de los migrantes e incluso Italia, a pesar de su actitud negativa, ha cedido dos barcos para ayudar a transportar a las personas rescatadas.

Sin embargo, la situación general de los emigrantes y refugiados ha llegado a un punto totalmente inadmisible para una Europa que presume de  sociedad avanzada. Es impresentable que el modelo de inmigración de los  migrantes africanos o los refugiados de las guerras de oriente medio sea, llegar como puedan con sus propios medios a las costas de Turquia y del norte de Africa , en ese punto contratar el embarque a precio abusivo en una patera para cruzar el mediterráneo, e intentar llegar a las costas europeas, siendo antes rescatados, si tienen suerte,  por los barcos fletados por algunas ONGs, los de Salvamento Marítimo o los guardacostas que los trasladan a algunos puertos donde son acogidos con medios muy limitados.

En España, si son inmigrantes se los interna en los CIES y al cabo de unas semanas se les libera con una orden de expulsión, que habitualmente no se puede ejecutar. A partir de ese momento los emigrantes deambulan por nuestras ciudades sin trabajo y sin medios, siendo atendidos, con recursos escasos, por algunas ONGs solidarias. Subsisten dedicándose a la venta de mercancías falsificadas, ayudando en los supermercados empujando carros de la compra, o en otras tareas parecidas a cambio de una propina.

Estos inmigrantes deben ser considerados como ciudadanos con todos los derechos, para ello es necesario que se creen las condiciones necesarias para que la vida en sus países de origen no sea necesariamente de autoritarismo y miseria, y en consecuencia, la emigración a Europa no sea la única salida que les quede.

Este proceso, que incluso la derecha propone, no es posible ni a corto ni a medio plazo, podría serlo a muy largo plazo si Europa se lo propusiera, pero Europa no parece estar por la labor.

Sin embargo hay otras cosas que se pueden empezar a hacer, aunque tampoco sean fáciles.

  • Con los inmigrantes que ya están en Europa, darles derechos de ciudadanía que incluyen sanidad, educación y permiso de trabajo y residencia.
  • Para los que pretendan venir a Europa, en vez de esperarlos en el mediterráneo, la UE debería abrir oficinas de inmigración en los países de origen  y pactar cuotas de inmigración, entre todos los países del continente que se acogieran al acuerdo. Los que no quisieran recibir inmigrantes deberían pagar una buena parte de la factura del proyecto.
Con formulas de este tipo, las mafias perderían terreno porque sus pateras ya no serían necesarias.

Se que es un planteamiento utópico pero, si no se trabaja en este sentido, la operación de rescate del Aquarius puede quedar en un bonito gesto aislado. Hay que utilizar el impulso del Aquarius para avanzar en la puesta en valor de la solidaridad europea, a la que muchos ciudadanos estaríamos dispuestos. 



17 mayo 2015

Catástrofes NO naturales


En los últimos tiempos, los informativos de casi todas las cadenas de TV parecen tener predilección por las noticias catastróficas a las que prestan una especial atención, no exenta de cierto morbo. Las causas que provocan las catástrofes tienen una especial importancia que no siempre se considera, ya que no es lo mismo un terremoto como el reciente del Nepal, cuyas causas son naturales y no se puede hacer nada para evitarlo y solo, a posteriori, es posible dar el máximo apoyo a los afectados, cosa que al menos hasta el momento, parece que se ha hecho con rapidez y eficacia, pues, en primera instancia, se ha movilizado más ayuda de la que podía gestionar un país con sus escasas infraestructuras muy dañadas.

Hay otras catástrofes humanitarias de las que no podemos echarle la culpa a la naturaleza, son responsabilidad exclusiva nuestra, de los seres humanos, sea por acción u omisión.

Tanto la situación económica en muchos países terceros, como las crueles guerras que se están librando en ellos o la intransigencia racial y religiosa, están dando lugar a grandes migraciones que cruzan los mares utilizando frágiles embarcaciones, en busca de un futuro mejor.

Hasta hace unos años el problema parecía estar centrado en el estrecho de Gibraltar donde, con mucha frecuencia, inmigrantes norteafricanos y subsaharianos, se aventuraban en frágiles pateras buscando las costas españolas. El flujo de emigrantes por el estrecho es variable, depende mucho de la actitud de Marruecos, que ejerce mayor o menor control según sean las circunstancias políticas, no obstante el dispositivo combinado de vigilancia de fronteras, salvamento marítimo y cruz roja, ha conseguido una eficacia notable en el rescate de los inmigrantes. Hace tiempo que prácticamente ninguna patera llega por su cuenta a las costas españolas, casi todas son interceptadas y los inmigrantes rescatados. El número de victimas en el mar de estas migraciones ha descendido de forma muy considerable.

En España tuvimos hace poco menos de una década la llamada crisis de los cayucos, pequeñas embarcaciones de fondo plano que cruzaban el atlántico desde el golfo de Guinea hasta las islas Canarias, esta travesía mucho mas peligros que la del estrecho por hacerse en mar abierto y ser la distancia mucho mayor, tuvo bastante incidencia en Agosto de 2006. A partir de ese momento, la combinación de medidas de acuerdo de vigilancia de fronteras, formación profesional y algunas inversiones, coordinadas por el entonces ministro del interior A. P. Rubalcaba, consiguió en  el año 2009 acabar con el tráfico de cayucos.

La guerra de Libia y Siria, junto con las ofensivas de el Estado Islámico en el Sahel, han generado una nueva ola de refugiados, con origen principalmente en las costas de Libia, donde mafias organizadas los embarcan por centenares en viejas barcazas, abandonándolos luego a su suerte. Los dispositivos, más de vigilancia que de rescate, puestos en marcha por la Unión Europea no han sido suficientes y ha habido grandes naufragios con centenares de victimas. La extensión y la falta de control de las costas de Libia, la separación con las costas italianas, y las habituales dificultades de la U.E. en llegar a acuerdos satisfactorios para todos, hace que la búsqueda de soluciones eficaces a esta situación se retrase considerablemente.

Un problema no resuelto es que hacer con los inmigrantes rescatados. Hasta ahora se les mantiene una temporada en centros de internamiento específicos, algunos de ellos casi prisiones, para luego repatriarlos o en el mejor de los casos, convertirlos en  "sin papeles" sin derechos, es decir en NO ciudadanos, que vagan por nuestras ciudades mendigando o buscándose la vida como pueden.

La Comisión de la U.E. ha reaccionado, con una propuesta vinculante que define cuotas por países para acoger inmigrantes demandantes de asilo, tanto los que ya han llegado a Europa como en sus países de origen o de transito.

La iniciativa que, como es habitual en Europa, ya está siendo cuestionada por algunos Estados, es un paso imprescindible, aunque seguramente insuficiente, pero que esperemos, una vez superada la fase de dimes y diretes habituales entre estados, consiga alcanzar un acuerdo minimamente satisfactorio.

Mucho mas grave es la situación de los refugiados de Birmania y Bangladesh, en el golfo de Bengala, que son directamente rechazados y devueltos al mar, sin agua ni alimentos, por las autoridades de Tailandia, Malasia e Indonesia. Cerca de diez mil refugiados demandantes de asilo vagan hacinados en barcazas en condiciones muy precarias. La ONU  a través de ACNUR y con el apoyo de organizaciones como Human Rights Watch, Amnistía Internacional y otras, ha hecho un llamamiento a los países citados y a la comunidad internacional, para que colaboren en la búsqueda de soluciones urgentes a esta situación.

Ante la inmensidad de estos problemas, a los ciudadanos de a pie no nos queda más que colaborar con las organizaciones humanitarias que están trabajando en estos temas y presionar para que se aceleren las gestiones necesarias.

He encontrado dos iniciativas en Change.org que pueden ser útiles:

Si no podemos evitar las catástrofes naturales si tendríamos que hacer imposible en el siglo XXI las crisis humanitarias derivadas de guerras, pobreza e intolerancia. 

14 marzo 2014

Mentirosos compulsivos

Cuando en EE.UU. se produjo el caso Clinton - Mónica Levinsky, uno de los argumentos de más peso  para pedir el "impeachment" de Bill Clintón fue el dilucidar si había mentido o no al Congreso, lo que dio lugar a un curioso debate sobre que era y que no era el sexo oral.

Traigo esto a colación para ilustrar la importancia que tiene en algunos países avanzados, no solo en EE.UU., el que los  dirigentes políticos digan la verdad en cualquier circunstancia.

Lamentablemente, esta buena costumbre democrática no se tiene en España y los miembros del gobierno mienten con suma facilidad, matizando luego, de forma chapucera, lo que querían decir.

Uno de los ministros que mienten con más aplomo es el titular de Justicia, Ruiz Gallardón, que ha tenido una brillante ocasión de quedarse callado cuando ha afirmado, de forma contundente, que su gobierno nunca había indultado a ningún condenado por corrupción. Cuando le sacan un caso especifico dice que esa situación no es lo que el entiende por corrupción y cuando le demuestran, utilizando el BOE como documento de prueba, que si es corrupción, incluso con sus matices, se calla.

Pero si R. Gallardón ha cometido una mentira gratuita, seguramente por exceso de prepotencia, pues no tenía ninguna necesidad de hacer esa afirmación, la actitud del Ministro del Interior es mucho más grave pues ha mentido de forma reiterada en relación con los graves incidentes de Ceuta, que acabaron con la vida de quince inmigrantes subsaharianos.

Según sus primeras declaraciones, España no tenía nada que ver con las victimas, a continuación admite que se hicieron deportaciones "en caliente" y que solo se dispararon pelotas de goma en tierra. En una tercera versión admite que se dispararon en el mar, pero lejos de las personas y solo para disuadir. En penúltimo lugar, el ministro ve la necesidad de llegar a un pacto con la oposición y se compromete a dar toda la información disponible.

Antes de que esa información esté a disposición del Congreso de los diputados, aparece un informe de la ONG Caminando Fronteras , que actúa en el norte de África, que revela que muchos de los inmigrantes muertos o heridos tenían marcas de pelotas de goma en sus cuerpos. El informe de Caminado Fronteras es muy detallado y demoledor e incluye  certificados de los médicos marroquíes que atendieron a los afectados en la medida de sus posibilidades mientras que no hubo ningún apoyo español a las labores de socorro.

¿No conocía el Ministerio del Interior estas circunstancias? 

Si este informe se acaba confirmando la posición del ministro es muy complicada, por mentiroso, por admitir y cometer ilegalidades, por abuso de poder frente a inmigrantes en situación precaria y por no asumir ni exigir responsabilidades.

No se trata de atacar a la Guardia Civil, que ha demostrado su buen comportamiento en o muchas ocasiones. Se trata de pedir responsabilidades, si algún mando se excedió en las ordenes impartidas o, lo que sería mucho más grave, si las ordenes venían  de la Delegación del Gobierno en Ceuta o directamente de la D.G. de la Guardia Civil o del  Ministerio

Si el PSOE tuvo la prudencia de no exigir en su momento la dimisión de J. Fdez Diaz, ahora sería inexcusable que no lo hiciera de forma contundente.

En cualquier caso, Jorge Fernandez Diaz tendría que salir del gobierno.