Días antes, en el entorno del día de la constitución, el desencuentro alcanzó sus niveles más altos y parecía imposible que se realizase con tranquilidad el Consejo de Ministros previsto y, mucho menos, una reunión entre los dos presidentes. Sin embargo, la actitud de la Generalitat cambió después de que el gobierno se viera obligado a enviar tres cartas de advertencia. Las estrategias opuestas, que pugnaban desde hacía tiempo entre los nacionalistas catalanes, se resolvieron a favor del dialogo.
Puede intuirse facilmente, que una de las razones que han facilitado el cambio de posición de la Generalitat ha sido la intervención directa de otros agentes, distintos de los miembros del gobierno catalán, como la patronal Fomento del Trabajo, los expresidentes de la Generalitat, o los propios políticos presos, dando por finalizada la huelga de hambre y llamando a la calma. El gesto positivo de votar favorablemente a la senda de déficit en el Congreso es también un signo de aproximación importante.
Aunque el comunicado conjunto ha supuesto un avance significativo, los nacionalistas siguen manteniendo posiciones diferentes, mientras la Asamblea Nacional (ANC) critica al govern por haber abandonado la unilateralidad, Oriol Junqueras, que cada vez se configura como el lider más válido del nacionalismo, apoya el acuerdo adoptado.
Otro tema a valorar es la actitud de la calle, mientras el día 20 solo hubo manifestaciones mínimas, el día 21 si hubo cortes de carreteras en diversos puntos de Cataluña protagonizadas por los CDR que ejercieron un cierto grado de violencia. Sin embargo la masiva manifestación ciudadana, con la asistencia de 40.000 personas, 80.000 según los organizadores, se desarrolló de forma pacífica. Hay que valorar también que la asistencia a estas manifestaciones fue sensiblemente menor que en otras ocasiones en las que, las mismas fuentes, estimaban en centenares de miles los asistentes.
En definitiva, Cataluña parece estar alcanzando un punto de inflexión hacia posiciones más dialogantes, que el gobierno central debería favorecer en la medida de los posible, siendo sensible a alguno de los dos temas que constituyen el eje de las reivindicaciones nacionalistas. No parece posible acercar posiciones en el tema del referéndum de autodeterminación y la propuesta de nuevo estatut que mantiene el gobierno central, es vista con recelo, justificado recordando los antecedentes, por los nacionalistas, sin embargo si podría haber un acercamiento en el tema de los políticos presos, cuyo proceso está a punto de comenzar, y en el que el gobierno central podría tomar iniciativas para favorecer que estén en libertad provisional durante el juicio.
Lamentar por último la actitud cerril, aunque no inesperada, de las dos derechas PP y Cs, que tratan a Cataluña y a sus habitantes con un odio africano impresentable que solo contribuye a radicalizar más el conflicto.